Argentina recibe un recordatorio de que sus acreedores irán hasta todos los confines del planeta para recuperar su dinero.
En su último intento por obtener el pago de US$1.700 millones por bonos producto de un impago argentino en 2001, el multimillonario Paul Singer demanda al país y a Space Exploration Technologies, de Elon Musk, por los derechos de dos contratos por servicios de lanzamientos del país sudamericano.
En 2012, Singer trató de confiscar un barco anclado en Ghana, mientras que las medidas de otros acreedores litigantes comprenden confiscaciones de armas en depósitos de los Estados Unidos e intentos de retener el avión presidencial.
Si bien las tácticas de Singer no han persuadido al país de llegar a un acuerdo, han impedido que Argentina recurra a los mercados internacionales de crédito durante más de 10 años, lo que deriva en el uso de reservas para pagar deuda.
A US$56,5 millones por contrato, la demanda contra SpaceX, como se conoce a la compañía, podría proporcionar a Singer apenas el 7 por ciento de lo que se le debe.
La deuda pendiente ha crecido con la acumulación de intereses de los últimos 13 años. “Nunca van a poder confiscar miles de millones de dólares de activos, pero pueden ser un dolor de cabeza de varios miles de millones para Argentina”, dijo Mark Weidemaier, un profesor de derecho de la Universidad de Carolina del Norte, en entrevista telefónica desde Chapel Hill.
“Si pueden hacer que a Argentina le resulte demasiado caro no pagar, entonces tal vez consigan que se les pague”, dijo.
Reestructuración de deuda. Argentina declaró un impago de US$95.000 millones de bonos en 2001. Si bien alrededor del 93 por ciento de los acreedores aceptó pérdidas de 70 centavos por dólar en las reestructuraciones de deuda del país de 2005 y 2010, los inversores que se negaron, entre ellos NML Capital Ltd., de Singer, buscaron el pago completo por la vía judicial.
En otro caso, NML, una división del fondo de cobertura Elliott Management Corp., y otros acreedores obtuvieron fallos que exigían que el país saldara la deuda impaga al mismo tiempo que hace los pagos de su deuda reestructurada. Argentina pidió el mes pasado a la Suprema Corte de los Estados Unidos que reviera la decisión.
El temor a que Argentina opte por un impago en lugar de por el pago a los acreedores “holdout”, a los que la presidenta Cristina Fernández de Kirchner apoda “buitres”, ha llevado el costo de proteger la deuda del país contra un impago al nivel más elevado del mundo.
En esta ocasión, NML dice que el país hizo una adquisición en los EE.UU que puede confiscarse luego de que la Comisión Nacional de Actividades Espaciales de Argentina firmara un contrato por dos lanzamientos de satélites con SpaceX.