La compañía estadounidense Nautical Research and Recovery (NRR) presentó un proyecto al Ministerio de Cultura para buscar tesoros en barcos hundidos en las costas dominicanas desde Montecristi a Samaná.
El proyecto, que generará unos 200 empleos directos, cuenta con un financiamiento de 10 millones de dólares en su etapa inicial de exploración de 18 meses.
Los promotores del proyecto esperan su aprobación en enero de 2014, a fin de iniciar la búsqueda de los barcos hundidos en el lecho marino de la costa norte del país.
Todos los artefactos encontrados serán propiedad del Estado y la empresa solo se beneficiará del 50% de los metales preciosos (oro y plata).
El proyecto contempla localizar los barcos españoles hundidos Santa María (1492), San Juan (1495), San Miguel (1551), Almiranta (1641), El Bretón (1505), Santiago (1584) y San Jorge (1564).
También buscarán a los barcos franceses Amistad (1784), Atlas (1749), Dragón (1732), así como a los británicos HMS Tartar (1797) HMS Dunkirk Prize (1706) y HMS Garmet (1798).
Los detalles fueron ofrecidos por el francés Eric Parage, negociador del proyecto, y el abogado Marcelino de la Cruz, asesor legal de la filial de la compañía en la República Dominicana.
El gerente general de la empresa en el país, el norteamericano Robert Csigay, funge también como jefe de operaciones oficiales de la compañía, que tiene diecisiete años de operaciones.
Si en año y medio la compañía no lograse hacer algún tipo de rescate, puede renovar el contrato por igual período y la empresa se compromete a invertir otros diez millones de dólares, señalaron.
NRR cuenta con vehículos autónomos submarinos de alta tecnología, incluyendo vehículos operados a distancia, con sofisticados sistemas de posicionamiento global digital, cámaras y computadoras especializadas para poder registrar los artefactos.
Se usarán, además, magnetómetro digital, sonar de barrido lateral digital, perfilador de subsuelos y detector de metal subterráneo.
En las operaciones de recuperación de artefactos se utilizará topografía electrónica y cartografía y técnicas de trazado.
En el proyecto participará el submarinista Jeffrey A. Kincheloe, que ha trabajado para National Geographic y director de la compañía, quien grabará todo el proceso de exploración para posteriores documentales que serán difundidos por todo el mundo.
Por esa razón, argumentan, que un hallazgo de cierta importancia serviría para promover de forma gratuita al país en el mundo, lo que beneficiaría al turismo que necesita de tanta promoción.
“El proyecto se sometió al Ministerio de Cultura y estamos aguardando la respuesta. Este es un gran proyecto y una gran inversión y conlleva enormes beneficios a favor del Estado”, resaltó De la Cruz.
Tanto De la Cruz como Eric Parage, negociador del proyecto, están convencidos de que el Ministerio de Cultura lo aprobará en enero del 2014.
Resaltan que la compañía tiene un historial limpio, transparente y responsable y amigable con el medio ambiente.
Se trata de su primera experiencia en el país y señalan que la empresa ha hecho búsqueda de barcos hundidos en las Bahamas y Bélice.
“Si el Gobierno nos concesiona un área específica y somos exitosos, el Gobierno nos va a extender. Tenemos estimaciones de las áreas costeras del país y lo que queremos es generar confianza en el primer proyecto”, dice De la Cruz.
Expresó que sabe qué tienen y dónde están los barcos. “Queremos hacer la inversión porque sabemos que la vamos a recuperar”, dijo.
Señala que se escogió la región norte, porque allí ocurrió el mayor número de naufragios durante el período colonial.
La Santa María fue una de las tres embarcaciones usadas por Cristóbal Colón en su primer viaje al Nuevo Mundo en 1492.
El 25 de diciembre de 1492, la nave encalló en la costa noroeste del país, quedando inservible y sus maderas se usaron para construir un fortín que fue llamado “Fuerte Navidad”, pero no pudo sacarse.
La empresa planea asociarse con Lloyd de Londres para adquirir un seguro contra las complicaciones que puedan ocurrir en la exploración.