LAS MERCEDES, Ecuador. Fue el «patito feo» de su especie. En un mundo de exquisitos aromas y sabores, el CCN-51, el cacao clonado ecuatoriano, rechazado en principio por su acidez, conquista a los chocolateros del mundo y emerge como estrella en los mercados del grano.
«¡Ya es apetecido en el mundo!», exclama, victorioso Freddy Bustamante, un empresario de esta variedad de grano que ejemplifica bien el nuevo boom cacaotero, no exento de críticas, en los campos ecuatorianos.
Bustamante, quien dejó la ganadería para cultivar cacao clonado, compara el CCN-51 con la historia del patito feo que, tras el rechazo, se transformó en cisne envidiado.
Con 170 hectáreas de CCN-51 en su hacienda «Denise», en Las Mercedes, en la provincia del Guayas (suroeste), este empresario resume el milagro: «Hoy es el cisne del cacao por calidad y productividad». Los mercados respaldan su optimismo: la producción de esta especie de cacao se quintuplicó entre 2005 y 2013, al pasar de 20.000 a 100.000 toneladas anuales.