Presenciar un acto de violencia dentro del núcleo familiar, genera un impacto negativo en ese circulo afectando con mayor intensidad a los niños y niñas que son testigos de estas conductas.
Así lo explica el psicólogo Márcel Santos, quien define la violencia intrafamiliar como un conjunto de episodios dañinos que no solo afecta a quien la presencia, sino también a quien la ejerce.
«Tiene unos efectos psicológicos muy dañinos, tanto para la victima directa, como también para los testigos oculares, entiéndase los hijos, los sobrinos quien pudiera vivir dentro de ese circulo familiar» indica el especialista.
Psicólogo Márcel Santos enumera trastornos de la violencia
Agregó que estas secuelas pueden ser a corto y largo plazo dependiendo del tipo de abusos y agresiones que puedan experimentar los parientes envueltos en ese circulo».
Trastornos
Santos menciona a continuación algunos trastornos:
- Ansiedad y estrés postraumático (TEPT): Las víctimas pueden desarrollar trastornos de ansiedad, crisis de pánico y síntomas de estrés postraumático, como recuerdos intrusivos, pesadillas o evitación de situaciones relacionadas con la violencia.
- Depresión: Las personas que han vivido en un ambiente de violencia suelen experimentar síntomas de depresión, como tristeza profunda, falta de esperanza, fatiga y pérdida de interés en actividades cotidianas, llanto frecuente, pensamiento suicida, apatía, perdida del apetito, insomnio.
- Sentimientos de culpa y vergüenza: Las víctimas, en especial los niños, se sienten culpables por los abusos que presencian o sufren, creyendo que de alguna manera lo provocaron o merecían lo que sucedió.
- Baja autoestima y autoconfianza: La constante exposición a la violencia y la humillación pueden generar una imagen negativa de sí mismo, con sentimientos de inutilidad o inferioridad.
- Aislamiento social: Las víctimas, particularmente los niños, pueden aislarse de amigos, familiares y otros apoyos sociales debido al miedo, la vergüenza o la falta de confianza en los demás.
- Comportamientos agresivos o violentos: En algunos casos, especialmente en niños que crecen en hogares violentos, pueden aprender a replicar esos comportamientos. Esto puede llevar a problemas de agresividad y dificultades en el manejo de conflictos.
- Conductas autodestructivas: En casos más graves, algunas personas pueden recurrir al abuso de sustancias, la automutilación o intentos de suicidio como una forma de lidiar con el dolor emocional.
Indica que en el caso de los adolescentes la violencia puede afectar en el desarrollo emocional y cognitivo.
«Los niños que viven en un entorno violento llegan a tener limitaciones de concentración, o rendimiento escolar, fobias y medios, que puede perpetuarse hasta la adultos», explicó.
Normalización de la violencia
Uno de los efectos mas preocupantes según el especialista en la conducta en aquellos niños y niñas es la normalización de la violencia, como un método de resolución de problemas.
«La violencia como tal puede convertirse en un ciclo interrelaciones, cuando los infantes son víctimas o testigos de violencia, corren el riesgo de convertirse en adultos, que reproduzcan este modelo de conducta, al formar sus familias replican esta conducta o esta dinámica», destacó.
Ayuda
Para combatir este patrón tanto en las personas que lo ejercen, como las victimas y testigos, el psicólogo enumera las siguientes:
La intervención de un facultado en la materia, para que pueda ayudar a romper estos vínculos
Acudir a terapia
Interesarse por mejorar
Integración familiar entre otras..
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