En el caso específico del sindicato que cubre la Jacobo Majluta, en Villa Mella, la cual toma la avenida República de Colombia hasta llegar al kilòmetro 13 de la autopista Duarte, el chofe Pablito Contreras, quien narra en detalles sus experiencias de más de 10 años en esa ruta, explica que todo el dinero que entra a la tesorería del sindicato se maneja con absoluta discreción, sin que nunca se le dé explicación a los más de 100 choferes que trabajan en el lugar.
“Si yo, que no soy dueño de ruta, necesito un espacio para trabajar con un vehículo que renté, el dueño del vehículo debe pagar 5,000 pesos todos los lunes al propietario de la tura, que lo saca de los 1,500, 1,800 o 2,200 que deben pagar de manera diaria los choferes al dueño del vehículo, según las condiciones de éste y la cantidad de pasajeros (de 18 a 20) que acoge”, explicó.
LEA TAMBIÉN: Sindicalistas del transporte público y dueños de rutas ¿Cómo se hacen millonarios?
En ese sentido, dijo que tiene la creencia de que los pagos de los 300 pesos diarios que deben hacer los choferes al control de la ruta, y los 5,000 mil pesos que cobran todos los lunes por las guaguas que alquilan rutas, que son la mayoría en ese espacio, se usan para compra de bienes personales y acumulación de riquezas para la cúpula de la directiva y su grupo.
“Ese dinero lo utilizan para beneficio propio en el sentido de que uno no tiene ningún tipo de apoyo, si se le ofrece algún problema, que es lo que se hace en otros lugares. En otros lugares en diciembre te dan una partida para que resuelva algunos problemas. En caso de que se te muere una persona o si te enferma, te ayudan con alguna situación de medicina en lo que está enfermo; pero en este caso aquí no se ve…, en este caso solamente lo usan como dinero para nómina para la directiva”.
Pablito deja claro, en su recuento, que en ese ambiente existen reglas claras y estrictas que deben cumplirse, entre las cuales citó el hecho de que si una de las personas que no pertenece al sindicato, pero que es propiedad de una ruta, protesta por no estar de acuerdo con el manejo de la directiva, le ofrecen de inmediato la compra de su espacio y le piden que salga del lugar.
Indicó que en el “reinado” de los más de 12 años de Fernándo Pérez, secretario general de esa ruta 94, se ha impuesto esas directrices, además de convertir el sindicato en una “empresa” de dueños o propietarios de vehículos, compañía que dice, no ofrece ningún beneficio a sus choferes y que solo sirve para permitirles discreción en el manejo del dinero que producen.
Amenazas y vigilancia. Cada miembro directivo de la Asociación de Dueños de Autobuses de la Jacobo, ruta 94, tiene su rol que desempeña con estricto apego, en un ambiente que, según Pablito, predominan más los apodos que los nombres reales.
Señala que el secretario general,Fernando Pérez, se encarga de dirigir lo que ocurre en la ruta con su equipo, “pero a él lo tienen al frente aunque a veces se ven unas cosas que no es él quien la dirige”.
También está el encargado de disciplina a quien “le llamamos Frank”, y otro que se encarga de vigilar los movimientos de los choferes y demás, “a quien conocemos como Chico”.
De igual forma, Pablito identificó un hombre al cual solo identificó como Avelardo, quien es conocido como la persona encargada de coordinar algunas cosas en la mañana.
“Y también lo conocemos como la persona de que si yo hablo algo que no estoy de acuerdo, pues esa persona inmediatamente me lleva a la directiva de manera, vamos a decir, amenazante, es decir, no tenemos forma de cómo reclamar nada en realidad”, puntualizó.