Aunque la historia no se repite, suelen acontecer circunstancias parecidas, en diferentes épocas y con actores sociales diferentes. Esa predictibilidad se origina a partir de los comportamientos sociales y de las conductas de los grupos, dados el sistema de creencias del que se sostienen las ideas y los pensamientos, para luego configurar los comportamientos y los resultados.
Hace décadas que el PLD fue alimentando un sistema de creencias distorsionado y limitante, de crear una fuerza y una maquinaria electoral, que les permitiera mantenerse en el poder político. Esa masificación fue de forma recurrente creando nuevos hábitos, desapegos, crisis de los vínculos y erosionando el sentido de pertenencia de la familia peledeísta: “los ellos y los nosotros”, “los nosotros contra ellos” o sea, la dinámica de la patología de los grupos. Bosch, su mentor y guía, evitando esa patología y arritmia histórica de la pequeña burguesía en el sistema partidario, se oponía a la formación de grupos para sustituirlo por organismos, por ideas y unificación de criterios; donde el debate y las diferencias se produjeran dentro de los organismos,así evitaba el personalismo, el protagonismo, el grupismo y la visibilidad de dirigentes que estuviesen por encima de la metodología.
Esa patología de los grupos se alimenta y se sostiene de creencias distorsionadas que personalizan los conflictos, las diferencias y los desacuerdos; asumiendo comportamientos a través de las actitudes emocionales negativas: ira, rabia, enojo, frustración, resentimiento, odio, venganza y maledicencia personal y social; ejemplo: “ni tú ni yo”, “ni yo ni tu”, “ni los tuyos ni los nuestros” o “los míos contra los tuyos” etc. Mediante ese distrés el cerebro va perdiendo el focus, la conciencia emocional, la empatía emocional y la asertividad; o sea, las habilidades y destrezas para buscar respuestas coherentes, objetivas y lógicas, dejando que las emociones negativas agoten al cerebro y desorganice todo el sistema: desconocer los riesgos, las consecuencias y los daños colaterales que impactan y desbordan la capacidad y la resistencia, el bienestar y la armonía partidaria.
En cada circunstancia donde la patología se hace triangular, se pierde la asertividad, se articulan respuestas que apuntan a que terceroso los nuevos conocidos puedan llevarse los resultados, sin saber el origen del “éxito” o tener que tocar fondo.Y, más aun, donde la maledicencia espera en silencio y sin pausa; ejemplo, el presidente Jorge Blanco, no apoyó a Jacobo Majluta y volvió Balaguer. Terminando mal, producto de esa patología grupal don Antonio Guzmán y Jorge Blanco.
El distrés patológico afecta el cerebro, perdiendo su capacidad holística para funcionar a través de las neuronas espejos, donde se percibe de forma tubular. De esos resultados cerebrales se deciden los “éxitos que son derrotas”, “las derrotas que debieron evitarse” y “los triunfos que se convierten en peligros”.
En el distrés político el PLD debe ser reflexivo, revisar sus actitudes emocionales, proteger su vulnerabilidad, resolver sus problemas complejos, y el no continuar alimentando la maledicencia. En mis años como psiquiatra, mediador de conflicto, como psicoterapeuta y político, he aprendido a buscar la huella somática, la debilidad en la fortaleza y la virtud en el miedo para gerenciar las mejores decisiones.
Para detener el conflicto, gestionar y administrar la crisis,deben volver al frente patriótico parte II. Escoger a Margarita Cedeño, y que Danilo y Leonel le levanten la mano a la presidencia de la república. La Dra. Cedeño es la esposa de Leonel Fernández, pero no es del grupo de Leonel, ni pertenece al grupo de Danilo. Tiene el mayor porcentaje, después de ellos, baja tasa de rechazo; y es la que puede aglutinar a ambos sectores en conflicto. Es la única mujer candidata. Posee buena aceptación en las mujeres y la juventud que son los votos que deciden las elecciones. Además, puede permitir que ambos grupos en conflicto negocien el resto de candidaturas sin problemas; y así se evitarían el ir a las primarias que les patologizan más el conflicto y les dividen. Todo lo otro que se acomoda, aumenta el distrés político y genera división y resultados negativos.