El llamado Triunvirato que se instaló en el Palacio Nacional como gobierno usurpador congregó a aquellos sectores que perdían con la democracia y que ganaban con la continuidad del autoritarismo en el país.
Por: Patricia Solano y Juan Miguel Pérez
1961: El Triunvirato: Nefasta alianza de lo público y lo privado. Desde noviembre de 1961, cada expresión democrática de la voluntad popular ha tenido como contraparte una reacción autoritaria orquestada por los sectores más conservadores de la sociedad dominicana. No querían a Trujillo, pero sí sus prácticas.
El primer secuestro del Estado dominicano posterior a Trujillo es el Consejo de Estado en 1962, compuesto por prominentes miembros de los sectores de mayor poder económico de la nación. Estos buscaban garantizar un nuevo país según sus criterios e intereses, no los del pueblo.
El voto popular tumbó ese plan. El 20 de diciembre de 1962 el pueblo eligió el proyecto político de Juan Bosch, que prometía una República donde las riquezas y el poder se redistribuirían con equidad y justicia social entre todos los dominicanos. Los clanes oligarcas iniciaron una conspiración desde cuarteles, iglesias y gremios empresariales, y finalmente derrocaron el gobierno de Bosch el 25 de septiembre de 1963. El llamado Triunvirato que se instaló en el Palacio Nacional como gobierno usurpador congregó a aquellos sectores que perdían con la democracia y que ganaban con la continuidad del autoritarismo en el país. Era el gobierno de los tutumpotes, ilegítimo, que cometió cuatro crímenes de diferente índole.
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El primero fue el institucional, por el trauma del cercenamiento de la voluntad popular. El segundo fue la feroz represión que emprendió contra todo foco que resistiera sus violencias de Estado, cuyo punto más conocido es Manaclas, donde fueron asesinados 13 dirigentes del movimiento 14 de Junio, incluyendo a su líder, Manolo Tavárez.
El tercer crimen de Estado fue el sistema de corrupción institucionalizada, en la que tanto los civiles como los militares en el poderse repartieron de manera burda una gran cantidad exenciones de impuestos y fueron creadas empresas monopólicas para proveer al Estado, como, por ejemplo, la creada por jerarcas policiales para suplir las cantinas de la institución que dirigían. Es decir, el modelo Trujillo de prevaricación aplicado a un grupo algo mas grande que la familia del dictador, pero grupo al fin, delito además que llega hasta nuestros días casi normalizado en la sociedad actual.
El cuarto crimen es el de traición a la patria, por la solicitud del régimen del Triunvirato y sus Fuerzas Armadas a una potencia extranjera para que realizara la intervención militar del 28 de abril de 1965, cuando las fuerzas constitucionalistas se rebelaron contra el régimen de facto días antes, el 24 de abril, y tres días mas tarde, en la batalla del Puente Duarte, prácticamente habían derrotado a los militares golpistas.
Con el Triunvirato se establece la continuidad del crimen de Estado sin Trujillo, con la toma del poder por la fuerza y decisiones orientadas a la gran concentración de riquezas en lugar de justicia social. Matar, robar y gobernar para sus privilegios es exactamente el mismo esquema de la dictadura.
60 años después esa tradición continúa en hemiciclos y ministerios. Lograr democracia sigue siendo un reto en República Dominicana.