Mahek Liaqat, una paquistaní cristiana que se casó con un chino, llora al narrar la odisea que vivió, Foto tomada el 14 de abril del 2019 en Gujranwala, Pakistán. (AP Photo/K.M. Chaudary, File).
Pakistán — Página tras página se suman los nombres: 629 niñas y mujeres de todo Pakistán fueron vendidas para que fuesen a China y se casasen con chinos. La lista, obtenida por la Associated Press, fue armada por investigadores paquistaníes que procuran desbaratar una red de traficantes de personas que se aprovecha de los más pobres y los más vulnerables.
La lista ofrece la cifra más concreta conocida hasta ahora acerca de la cantidad de mujeres que han sido víctimas de traficantes desde el 2018.
Pero desde que se armó la lista en junio, la investigación se ha frenado en seco. Las autoridades dicen que esto se debe a presiones del gobierno por temor a que esto afecte los lucrativos lazos de Pakistán con Beijing.
El caso más grande contra los traficantes se desmoronó en octubre, cuando un tribunal de Faisalabad exoneró a 31 chinos que habían sido acusados de tráfico de personas. Varias mujeres que habían hecho denuncias se negaron a declarar porque fueron amenazadas o compradas, según un funcionario judicial y un investigador al tanto del caso. Los dos hablaron a condición de no ser identificados por temor a represalias.
Paralelamente, el gobierno procuró limitar las investigaciones, ejerciendo “grandes presiones” sobre funcionarios que investigaban las redes de traficantes, de acuerdo con Saleem Iqbal, activista cristiano que ha ayudado a los padres de varias jóvenes ya en China y evitado que otras sean trasladadas allí.
“Hasta se transfirió a algunos” investigadores, dijo Iqbal en una entrevista. “Cuando hablamos con los gobernantes de Pakistán, no nos prestan atención”.
Interrogados sobre el tema, los ministros del interior y de relaciones exteriores se negaron a tocar el tema.
Varios funcionarios de alto rango al tanto de lo que sucede dijeron que las pesquisas se frenaron, que los investigadores se sienten frustrados y que se presionó a los medios de prensa para que no hablen tanto del asunto. Los funcionarios también pidieron no ser identificados por temor a represalias.
“Nadie hace nada por ayudar a estas chicas”, dijo uno de ellos. “Todo sigue igual, con más fuerza. Saben que se pueden salir con la suya. Las autoridades no van a hacer nada. Se presiona a todo el mundo para que no investiguen. Está aumentando el tráfico”.
Dijo que hablaba “porque tengo conciencia. ¿Dónde está nuestra humanidad?”.
El ministerio de relaciones exteriores chino dijo que no estaba al tanto de la existencia de esa lista.