El 20 de junio es el Día Mundial de los Refugiados. En un contexto de aceleración del cambio climático, una mayoría de los 59 millones de desplazados internos en 2021, lo hicieron por razones climáticas.

Y surge la pregunta del estatus de los futuros migrantes climáticos si un día se ven obligados a buscar una mejor vida en el extranjero. Actualmente, el derecho internacional no contempla este motivo para solicitar asilo.

Los habitantes de Cardí Sugdup, ‘isla del cangrejo’ en lengua guna, podrían ser los primeros desplazados climáticos en Latinoamérica.

El territorio de este pueblo autóctono de la costa del pacífica de Panamá desaparece poco a poco ante la subida del nivel del mar.

Según proyecciones oficiales, el nivel del agua subirá alrededor de 27 cm de aquí a 2050, obligando a varias comunidades que viven en las islas de la región de Guana Yala a trasladar por completo sus viviendas a tierra firme.

Los 1307 indígenas gunas de la isla Cartí Sugdup tomaron esta decisión colectivamente en 2010 que ha llevado a la construcción de un nuevo pueblo, con el apoyo financiero del gobierno panameño.

«Hay una gran cantidad de personas, una cantidad inaceptable de personas que tienen que mudarse a causa de las consecuencias de cambio climático. En 2021, 59 millones de personas fueron desplazadas al interior de sus respectivos países por diversas causas, pero principalmente por eventos vinculados al cambio climático», alertaba Ian Fry al tomar su cargo recién creado de relator de Naciones Unidas sobre el cambio climático, en 2022.

Según cifras de Naciones Unidas, 260 millones de personas podrían ser forzadas a migrar por razones climáticas de aquí a 2030.

Con desertificación en el Sahel, la subida del nivel del mar en las costas caribeñas y la erosión en las costas europeas, así como los episodios más intensos del monzón en el sureste asiático el número de migrantes climáticos podría alcanzar 1200 millones personas de aquí a 2050, obligando a los estados a brindarles protección y a pensar en cómo recibirlos o hasta anticipar estas migraciones.

Según el más reciente informe del Centro de Monitoreo de Desplazamiento Interno de la ONG Consejo Noruego de Refugiados, publicado en mayo, cerca de la mitad de los desplazamientos internos se producen por catástrofes naturales como inundaciones, huracanes, incendios, temperaturas extremas.

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El año 2022, fueron contabilizados 71 millones de desplazados internos en todo el mundo, un récord. Las dos regiones más afectadas son áfrica subsahariana y el sureste asiático, con Pakistán a la cabeza con inundaciones históricas. Y ante la agudización del cambio climático con el aumento de las temperaturas globales, el número de desplazados por causas climáticas podría aumentar.

En Colombia, un proyecto de ley busca brindar un reconocimiento jurídico a esta población. Un estatus inspirado en el de los desplazados por el conflicto armado.

Actualmente a debate, el proyecto de ley, pionero en la región, busca reconocer el desplazamiento forzado por causas climáticas, para ayudar a poblaciones que viven cerca de ríos y mares o que migraron porque son víctimas de contaminación ambiental.

El cambio climático, un detonante para exiliarse

Y si bien la mayoría de los migrantes que huyen de catástrofes climáticas se desplazan al interior de su propio país, los eventos meteorológicos extremos pueden ser un detonante para buscar una mejor vida en otro país.

En 1998, el huracán Mitch llevó a miles de hondureños y nicaragüenses a emigrar tras las destrucciones del huracán Mitch. Estados Unidos les otorgó un estatus de protección migratoria temporal, TPS por sus siglas en inglés, que el presidente Biden renovó la semana pasada.

Algunos especialistas en migración consideran que convenios de migración medioambiental entre estados serian la mejor respuesta a este tipo de crisis, dado que, de momento, las convenciones internacionales solo permiten pedir asilo por motivos de persecución o guerra, y no por motivos climáticos. ¿Podríamos en el futuro pedir el asilo climático?