SAO PAULO. Un año antes de que Río se convierta en la capital mundial del deporte, Brasil dispondrá de un ensayo general de lujo en los Juegos Panamericanos de Toronto, donde el gigante sudamericano aspira a consolidarse en el podio continental y demostrar que está listo para la mayor cita de su historia.
Para seguir el paso a los poderosos Estados Unidos y Cuba además de cerrarle su camino al podio a la anfitriona Canadá, 590 atletas brasileños aterrizarán en Toronto en la mayor delegación que envía Brasil para unos Juegos en el exterior.
En el retrovisor, las 141 medallas (48 de oro) que le valieron al país más grande de Sudamérica el tercer puesto en Guadalajara-2011 y el récord logrado cuatro años antes en Río con 157 metales (52 de oro).
«La expectativa es ser Top 3. Vamos a luchar con Canadá y Cuba por la tercera posición en el número total de medallas», afirmó Marcos Vinicius Freire, director ejecutivo del Comité Olímpico Brasileño.
A la cabeza de la expedición ‘verdeamarela’ -y de sus aspiraciones de medallas- destaca el nadador Thiago Pereira, que llega a Toronto avalado por sus 12 preseas doradas y 18 podios logrados en las tres últimas citas panamericanas.
A sus 29 años, ‘Mister Pan’, como le conocen en Brasil, se lanzará a la piscina de Toronto con una meta épica en la cabeza: superar al exgimnasta cubano Erick López, que con 22 podios es hasta hoy el mayor medallista de la historia de los Panamericanos.
Pese a la ausencia de Cesar Cielo, que no estará en Canadá para centrarse en el Mundial de Kazán que comienza el 24 de julio, Brasil no sólo jugará una carta en el agua.
Consagrada como potencia emergente de la natación tras encabezar el medallero del Mundial de Piscina Corta de Doha en diciembre, las esperanzas brasileñas pasan también por Felipe França, quien logró cinco oros en Catar, o por Etiene Medeiros, campeona y recordista mundial en la misma cita.