El pasado domingo 12 de marzo, se cumplió un mes de la muerte de Esmeralda Richiez -cuyo cadáver fue hallado en el baño de su habitación en una zona de la provincia La Altagracia-, sin embargo, se desconoce cómo realmente sucedió la tragedia que ha consternado al país.
Por el hecho, guarda prisión preventiva su maestro de matemáticas John Kelly Martínez, a quien el Ministerio Público le imputa haber cometido el crimen de violación sexual, acompañado de homicidio voluntario, con tortura y acto de barbarie en perjuicio de la adolescente de 16 años.
El órgano acusador detalle que dicho imputado, de forma voluntaria, le provocó a la víctima laceraciones, abrasiones y contusiones que le produjeron el deceso debido al desgarro vaginal, con hemorragia aguda severa externa e interna y shock hemorrágico como mecanismo terminal de muerte, según consta en la autopsia practicada por el Instituto Nacional de Ciencias Forenses (Inacif).
Además, estable que el acontecimiento se dio específicamente en la comunidad de Vista Alegre, del distrito municipal La Otra Banda, cuando el hombre de 35 años, junto a su primo Rubén Morrillo Martínez y tres compañeras, de estudio, menores de edad, fueron a buscar a Esmeralda para ir, supuestamente, a una feria mecánica aproximadamente a las 7:30 de la noche.
Indica que Esmeralda, los dos adultos y sus tres amigas se dirigieron a la Playa Macao, en Bávaro, pero que al llegar allí, la joven y el profesor se quedaron a solas en el carro.
El Ministerio Público sostiene que cuando los individuos deciden marcharse del lugar, Esmeralda tenía un sangrando vaginal, por lo que en el trayecto de regreso, hicieron varias paradas para asistirla.
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Versión del padre
El padre de la joven, Eligio Richiez Castillo (Quinino), contó que su hija “se fue en sangre”, luego de que el profesor le diera a tomar un medicamento con un líquido que llevaba en un “termito”. Dijo que cuando regresaban de la playa se detuvieron en el primer establecimiento comercial que encontraron “dizque para hacer pipí”, pero Esmeralda llenó el piso de sangre con coágulos que sus compañeras, asustadas, trataban de limpiar con papel servilleta.
“Ellas (las amigas) le preguntaron a una de las que limpian en el establecimiento, si era normal que a una muchacha que le haya bajado la menstruación o algo, esté con un coágulo de sangre así (tan grande)”.
La trabajadora le dijo que eso no era normal y que debían de llevarla de inmediato al médico.
Señaló que las amigas fueron donde el profesor, que esperaba en el vehículo, y le contaron lo que estaba pasando y que éste, “que ya estaba atormentado, solo atinaba a decir: “Ay, Dios mío, ya yo sé que me van a llevar preso a mí; ya yo sé que me van a llevar preso…!”
El sangrado era tanto que empapó toda la ropa que llevaba puesta Esmeralda, y tuvieron que comprarle ropa nueva y votar en el camino la que ella llevó puesta de su casa.
Un kilómetro antes de llegar a la casa, tuvieron que pararse donde vive una de las amigas que le prestó ropa porque la nueva hubo que cambiársela debido a que estaba llena de sangre.
El padre de la menor narró que cuando su hija llegó a la casa, la notó “pálida, inquieta”, y le preguntó a la amiga que la acompañó que si le había pasado algo, y esta le dijo que no.
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“Le pregunté que le había pasado a mi hija, que me hablara la verdad; que si fue que la violaron para llevarla a un médico y que no le pase nada malo”, y la amiga le contestó: “Ay no, Don, no pasó nada malo”.
Agregó que una vez dentro de la casa la mamá cuestionó a Esmeralda sobre si le habían dado alguna bebida que le cayó mal o si le había llegado la menstruación a destiempo y ella le dijo que no.
La madre le preparó un Alkaseltzer y la joven se lo tomó; la amiga que iba a dormir con ella pasó a verla su padre y se la llevó; la adolescente se encerró en su habitación, sus padres se acostaron.
Al otro día a las 6:30 de la mañana cuando se levantaron, la encontraron en un charco de sangre en el baño boca abajo, con las piernas dobladas y el cuerpo rígido”, indicó el padre.
Arrestaron a la esposa del profesor
Casi 20 días después de la muerte, el Ministerio Público ordenó el arresto de Jaisy Berenice Espinal, esposa del profesor de John Kelly Martínez, bajo el alegato de que había ocultado las evidencias, a sabiendas de que forman parte del delito.
A Jeisy Espinal, quien posteriormente fue dejada en libertad, la acusaban de presuntamente vender el carro donde Martínez se trasladó junto a Esmeralda Richiez, las otras menores y su primo, hacia la playa.