El presidente Luis Abinader aseguró ayer, en una alocución emitida a través de las redes sociales, que declarar al país libre de hambre en el año 2028 es más que una aspiración: “una promesa respaldada por acciones concretas”.

En un mensaje navideño en el que no se dirigió al país como presidente sino como “padre de familia, esposo y un ciudadano que siente orgullo, preocupación y esperanza por este país que amamos tanto”, Abinader hizo un recuento de los logros de su Gobierno.

Al hacerlo, reiteró algunas cosas que ha dicho otras veces en su encuentro semanal con la prensa. Por ejemplo, dijo que ha logrado mantener la economía creciendo, lo que ha permitido el fortalecimiento de sectores clave como las zonas francas, el turismo y las exportaciones.

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Con estas estrategias, dijo, aspira a alcanzar los US$15 mil de renta per cápita y ampliar la clase media del 40% al 50% de la población. “Lo que queremos es simple: un país donde nadie quede fuera del crecimiento económico”, afirmó al señalar que también están trabajando para que miles de mipymes sean formales en el 2028.

Para construir ese país Abinader se propone disminuir la pobreza general al 15% y la pobreza extrema a menos del 1%, así como continuar fortaleciendo el Infotep, el Itla y las escuelas porque “la educación es el corazón del futuro”.

Tras indicar que su objetivo es mejorar la calidad de vida de las personas, Abinader indicó que el gobierno está trabajando para garantizar que cada vez más hogares tengan agua potable, que el 80% de los jóvenes encuentren empleos formales al graduarse y que las familias puedan vivir en hogares dignos, seguros y propios.

Aunque su mensaje fue más político que navideño, Abinader lo justificó recordando que estos son tiempos de reflexionar, sentarnos en familia y recordar lo que realmente importa: nuestra gente, nuestras raíces y nuestra historia.

También, dijo Abinader, es un tiempo para mirar hacia adelante y pensar en el futuro que quiere construir: un país “donde cada persona tenga una oportunidad digna y justa”.