¿Actores secundarios?

¿Actores secundarios?

Matías Bosch.

El 16 de enero de 2020, la embajada de los Estados Unidos en República Dominicana lanzó un escueto comunicado: “Al Gobierno de los Estados Unidos, a través de su Agencia para el Desarrollo Internacional (USAID), le complace apoyar a la Fundación Internacional para Sistemas Electorales (IFES), para que provea asistencia técnica a la Junta Central Electoral”.

La asistencia norteamericana ha sido ampliamente difundida. El 28 de noviembre de 2019 se reseñó lo siguiente: “Robin Bernstein precisó que están dispuestos a brindar apoyo a República Dominicana, “siempre que nos lo pidan”, ya sea en asistencia técnica o en equipos para las elecciones. “Los dominicanos saben el valor de la democracia y lo que han podido lograr con esta y saben que es lo mejor que tenemos”. El 17 de enero de 2020 se publicó que “La Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional suplirá los fondos para la realización de una auditoría y la certificación del modelo de votación que se utilizará en las próximas elecciones municipales. La embajadora de Estados Unidos (…) confirmó la decisión de su gobierno en una llamada telefónica al presidente de la Junta Central Electoral”.

Poco se habla de IFES, The International Foundation for Electoral Systems. Esta surgió hace más de 30 años, dedicándose a “asegurar la integridad y rendición de cuentas electorales en todo el mundo”, según su propia descripción. Con respecto a República Dominicana el “enfoque sigue siendo mejorar la transparencia e integridad del proceso electoral”. En su reciente comunicado de prensa, luego de las elecciones fallidas el domingo pasado, IFES se limita a decir que se concentró en la auditabilidad y confiabilidad de los resultados, pero no en la disposición de las opciones en las máquinas. Dice que apoya la suspensión determinada por la JCE y la investigación de los hechos.

Pero IFES no es una entidad cualquiera. El 71% de sus recursos financieros en 2018 provinieron de Estados Unidos (más de 38 millones de dólares), la mayoría a través del consorcio del que hace parte junto al Instituto Republicano Internacional y el Instituto Nacional Demócrata. El consorcio opera regularmente como proyecto de USAID, tiene oficinas en 81 países y ha desplegado acciones en 140. Además de esto, en 2018 IFES recibió ingresos de corporaciones como Amazon, Deloitte, Procter & Gamble y también donativos individuales.

En medio de la discusión, el papel de IFES y del gobierno de Estados Unidos ha sido escasamente tratado. Si acaso se les menciona, es como actores secundarios, imparciales y con un enfoque meramente técnico y garantista. A lo sumo aludiendo a una que otra «recomendación» no tomada en cuenta.

Sería bueno ir al mismo sitio web de la embajada de EE. UU. y leer el discurso de Mike Pompeo ofrecido el 22 de enero en Jamaica: “Miren, comencemos con la geografía (…). Siempre hemos estado así de cerca físicamente. Pero los nuevos desafíos a nuestra soberanía y seguridad exigen que nos acerquemos aún más (…). Los malos son más sofisticados y más despiadados. Y nuestras naciones tienen la obligación (…) de trabajar en el interés de nuestra seguridad compartida (…). Eso es lo que ya estamos haciendo en la Iniciativa de Seguridad de la Cuenca del Caribe, ahora en su décimo año (…). Estados Unidos está listo para seguir haciendo esas cosas buenas (…). Ese éxito comienza con una buena política (…). Todos conocen la respuesta: respeto por el Estado de derecho, los derechos de propiedad, una cultura empresarial que sea favorable para los emprendedores y los tomadores de riesgos. Sabemos que están trabajando en todas estas cosas, y nos complace ayudarlos. Queremos lo mejor para su gente (…). Es tentador aceptar dinero fácil de lugares como China. Pero ¿de qué sirve si alimenta la corrupción y socava su Estado de derecho? ¿De qué sirven esas inversiones si de hecho arruinan su entorno y no crean empleos para su gente? Hay una alternativa mejor. Todos lo sabemos y todos podemos lograrlo juntos…”.


Saludos,

Millizen Uribe