Como hemos visto hasta aquí, el recuerdo de Luis Días está lleno de situaciones dignas de ser contadas, como homenaje al talento que tuvo para crear obras con palabras y notas musicales, y la investigación folclórica.
Desde el punto de vista de su conducta personal, siempre fue como un niño grande que, al igual que el poeta y compositor José Rodríguez, los percusionistas Guy Frómeta, José Duluc y Catarey, el bateriísta Wellington Valenzuela, el guitarrista Juan Francisco Ordóñez, el cantautor Claudio Cohén y otros, se atrevió a practicar su arte y vida como un juego espontáneo, desprendido, alegre y libre, en vez de hacerlo con enfoque comercial.
EL DÍA QUE YO MATE A UN GRINGO
A ese respecto, le recordaba yo una noche a Luis, entre risas y tragos, las variaciones que sufrió su canción Corazón de Vellonera, primero a raíz de que la grabara Sonia Silvestre y luego a consecuencia del viaje y estadía del compositor a New York.
El tema trata sobre una prostituta de la que un cliente se enamora apasionadamente. Ella, como buena profesional, está con él por dinero. A causa de ello,la califica de “corazón de vellonera”; es decir, que su “cariño” solo se manifiesta al toque de las monedas, similar a la vieja máquina de oír música llamada vellonera, cuyo nombre viene del vellón, moneda puertorriqueña, equivalente a cinco centavos de dólar.
El personaje narra su frustración por no conseguir que se le entregue por amor. Son esas muchachas que “conchan o se la buscan” con su llavecita en mano y/o el intermitente bombillito rojo, en el Malecón, la bolita del mundo del Centro de los Héroes, la Av. Duarte y otros puntos estratégicos de la prostitución nocturna santodominguense.
Veamos primero los cambios a las letras hechos por quienes la grabaron en voz de Sonia Silvestre, tal vez buscando suavizar la furiosa pasión de sus versos y ponerla en femenino. Lo sé porque antes de esa grabación, yo se la había oído muchas veces a Luis en varios conciertos. Ejemplo número l: La versión original dice: “Deja mi camina rota” se supone que debido a la fuerte jornada sexual practicada sobre la misma. La de Sonia: “Deja mi cunita rosa”. 2. En otra área, la cantante expresa: “Déjame mojar mi lengua en tu manantial rural y en el fondo de la tierra”. Originalmente es más erótica: “Déjame mojar mi lengua en tu manantial rural, en el fondo de esas piernas”. 3. Hay varias frases importantes que fueron eliminadas en la grabación de la artista: “No me dejas que te toque, … y ahí te manosean los hombres toditas tus azucenas”. Luego reza: “No me dejas que te toque,/ y te llevan para el Reyna/ por ahí por los malecones”, en evidente alusión al Motel Reyna,sito en la Av. Georges Washington, llamada también Malecón. Además, fueron cortados los versos: “El día que yo mate a un gringo/ y tú una maipiola cortes,/ por hoy pido vida mía/ te honraré y que tú me honres ”.
Vale aclarar que el vocablo gringo se refiere a los norteamericanos, especialmente en este caso a los que vienen de turistas a los antros nocturnos en busca de meretrices. La palabra maipiola(o) describe a una persona que le vende trabajadoras sexuales a casas de citas, prostíbulos o directamente a clientes.
A la canción le ocurrió algo gracioso: Luis Días la interpretaba con esa letra en sus presentaciones en el país, pero luego residió unos años en New York. Cuando regresó, lo oí cantarla sin incluir la expresión“…el día que yo mate a un gringo”. Le pregunté por qué había quitado esa parte de la letra, y me espetó: “Pero, ‘mano, tú sabes que a los yanquis no iba a gustarle ese pedacito, y yo vivía allá”.
“LE DIGO A LA MUERTE: AY, VENME A BUCÁ
PA QUE TÚ VEA AL HOMBRE QUE TE VA A LLEVÁ”
Recuerdo los homenajes realizados al compositor, con motivo de su deceso. Fue llevado al Ministerio de Cultura, donde se le rindió tributo con la presencia de músicos, poetas, narradores, bailarines, folcloristas, pintores; en fin, de todas las ramas del arte, además de seguidores de su cantar. En esa ocasión, a sugerencia del ministro José Rafael Lantigua, me correspondió leer unas palabras que publiqué en esta columna, como tributo al cantautor nativo de Bonao.
En medio del aguacero de ese día, colocamos sus restos en una carpa frente a su casa, como he dicho, y se le colocó su clásica guitarra en la caja mortal a medio abrir. La misma tenía una efigie de Lenin que había traído de su viaje a la Unión Soviética.
Esa tarde, artistas que habían grabado sus composiciones las cantaron. Sergio Vargas, su merengue Marola; si mal no recuerdo, el Torito y Fernando Villalona tararearon el Baila en la Calle, pieza con la que Luis Días había ganado el concurso anual para escoger la pieza de promoción del Desfile de Carnaval de Santo Domingo, melodía que luego se convirtió en tema permanente de esta fiesta popular. José Duluc lloraba y cantaba, mientras golpeaba fuertemente los timbales, atabales y panderos para honrar a su amigo de siempre, con quien había compartido tantas jornadas sonoras y etílicas en las noches de la Ciudad Colonial.
Xiomara Fortuna, gran compositora, cantante, arreglista, también puso en su voz canciones de Luis Días, como Elena, aquella hermosa tonada llena de poesía:“El que descubrió el amor,/Elena,/ debién haberlo matao,/ ay Dio,/y de haberlo asesinao/ no má por descubridor./Yo quisiera hacé un camino,/Elena,/por debajo de la tierra,/ay Dio,/pa’ poder hablar contigo/todas las veces que quiera”.
Sonia Silvestre, por su parte,-vestida de blanco-, tuvo toda la tarde cabizbaja, triste, y sin poder cantarle al artista en su despedida.
Finalmente, fue llevado a su última morada en el cementerio,y su epitafio es un fragmento de una de sus canciones: “Le digo a la muerte: Ay venme a bucá, pa que tú vea al hombre que te va a llevá”.
“TÚ ERE EL ÚNICO QUE HA VENÍO A VERME”
Los artistas son seguidos y perseguidos por fans seducidas por sus creaciones y fama. A propósito, recuerdo que al cantante Sandro unas muchachas mordieron sus labios hasta sangrar. Una menor de edad entró al camerino de un merenguero y prácticamente lo violó.
En el caso de Luis, una hermosa mozalbete andaba con él para arriba y para abajo, como dice el pueblo.Se decía era menor de edad, y la familia hizo que lo apresaran. Fui a verlo, nos abrazamos, y entre lágrimas que mojaron mi camisa, me dijo: “Mano: tú ere el único que ha venío a verme”. Hicimos gestiones hasta lograr su libertad.
ANÉCDOTAS CONTADAS POR LA POETA ROSA MARÍA RODRÍGUEZ
En la próxima entrega, publicaré unas graciosísimas anécdotas del maestro Luis -Terror- Días contadas por mi amiga la poeta Rosa María Rodríguez, y otras narradas por el propio excelente compositor.