Hoy completo la publicación de mi prólogo para “Raíces, con dos comienzos y un final”, de René Rodríguez Soriano, cuya primera parte apareció en la entrega anterior.
Sugiero al Ministerio de Cultura que publique -con la debida autorización de su esposa, Carmen Polanco Morales- las obras completas de René, con un estudio preliminar realizado por uno o varios críticos. Esos especialistas, propongo estén encabezados por el Lic. Miguel Ángel Fornerín, quien ha publicado varios estudios sobre la obra del autor.
Continuemos con el prólogo de “Raíces,..”:
¡ADELANTE, GENERAL DE LAS RAÍCES!
Emplea metáforas y paradojas que producen un lenguaje lleno de violencia expresiva, como «tras la caza fatigante y estrujada /de unocincuenta/ y un dolor de cabeza en todo el cuerpo», con que termina uno de los poemas. Unión de palabras, transformación de adjetivos y sustantivos en verbos, así como otros logros que le dan un toque nuevo, distinto, al decir poético en relación a ciertas tradiciones verbales de nuestra poesía, aunque no llega a transgredir muchos de los estamentos de ese oficio en nuestra patria. También se notan elementos paralizadores, como es el gerundio abundante, determinadas construcciones ya caminadas.
Un balance formal de aquella primera edición de “Raíces,…” nos arroja resultados positivos, si lo situamos en su contexto y en el proceso de desarrollo del autor. Ello se nota en esta segunda edición, donde agrega poemas que enriquecen las posibilidades interpretativas, disminuyen la carga particularista del libro en relación con la ciudad natal, haciéndolo más extenso en el alcance a lectores que no han vivido la experiencia provinciana, y gana en equilibrio y belleza.
En esta nueva versión de “Raíces,…” continúa la violencia verbal y semántica con que René se rebela contra aquella cruda realidad. Perviven innovaciones formales y hace ingresar otras, como son aquellos paréntesis de los poemas “Un cuento” y “Otra raíz”, que le dan movimiento y vida a los versos.
Sin embargo, cabe observar que la nota más importante del proceso seguido por la obra de René (y ahora paso a comparar con otra dimensión de su quehacer poético: su segundo libro titulado: “Textos destetados a destiempo con sabor de tiempo y de canción”), que es lo referido al destino de esa fuerza expresiva de que he dicho hace gala su poesía.
DE LA RABIA A LA POESÍA DE HUMOR
Es que el gran salto suyo está en el movimiento ascendente que ha seguido esa rabia, esa sublevación formal y semántica que circula por toda la obra de Rodríguez Soriano, desde la primera palabra hasta la última de los textos publicados y de los inéditos, que se convierte en el libro mencionado ahora en ironía fuerte, agrias paradojas, humor de alta temperatura.
He ahí la clave, en la última frase del párrafo anterior: Humor. Porque en los “Textos destetados…” René hace humor poético, y no humor blanco ni humor negro, sino humor que llamaría rojo. Y con ello entra a un territorio poco recorrido en la poesía dominicana, y me atrevería incluso a decir que latinoamericana (bastante triste y apesadumbrada en su mayoría) y, por qué no, en la literatura del mundo, puesto que la mayoría de las letras humanas tienen por base la tristeza.
Parra, Cortázar, Quevedo, Gómez de la Serna, algunos poetas populares vienen a la memoria a la hora de pensar en poesía o literatura con cierta carga de humor. Si continuamos la lista hallaremos que no es larga en castellano. He ahí el proceso seguido por René, de un grito melancólico que recuerda al Vallejo de “Quiero escribir pero me sale espuma,… quiero escribir pero me siento puma”, hacia la literatura irónica, chispeante y viva que hacen los autores de la escritura moderna.
De modo que después de este recorrido por la obra de Rodríguez Soriano a raíz de las “Raíces,…” (recorrido que me hubiera gustado hacer contando con mayor tiempo y espacio), vuelvo ahora a sus raíces, sus dos comienzos y el final, para saludar desde allí a René Rodríguez Soriano y felicitarlo por haber realizado la proeza no solo de publicar dos libros en este país, sino también por llegar al acto heroico de re-publicar uno. Adelante, pues! general que ha ganado la segunda batalla de las “Raíces (con dos comienzos y un final)”.
Hasta aquí el prólogo.