La palabra “chofer” proviene de cuando las locomotoras eran impulsadas por el vapor a presión que producía el agua que se calentaba en una caldera a carbón. El que avivaba el fuego y cambiaba el agua se le denominaba “calderero”. En francés, “chaleur” significa calor y el verbo calentar es “chauffer”. Entonces, el calderero en francés es “chauffer”.
A fines del siglo XIX, al aparecer los primeros automóviles, no existía una palabra para designar a la persona que conducía el novedoso vehículo sin caballos, así se adoptó el término francés del conductor de las locomotoras. En español se convirtió en “chofer”, mientras que en inglés y alemán, no tuvieron variación.
Según datos recientes del Instituto Cervantes, el español o castellano es la segunda lengua materna del mundo por los aproximadamente 493 millones de hablantes que existen, detrás del chino mandarín. El Castellano proviene del latín, pero con la caída del imperio romano en el siglo V, el latín fue transformándose hasta llegar al romance castellano en la región del reino de Castilla y León.
La primera versión del español o castellano nace entre el siglo VI y IX d.C. con influencia no solo del latín, pero también del griego, celta germánico y más tarde del árabe durante la invasión musulmana.
El rey Alfonso X, en el siglo XIII, ordenó que se tradujeran al castellano las primeras obras escritas en otras lenguas. También lo utilizó en los documentos de la corte. Años más tarde, en el siglo XV, durante el reinado de Isabel de Castilla y Fernando de Aragón, con su poderoso imperio, lo afianzaron, lo esparcieron, y lo convirtieron en el idioma oficial del reino y todas sus conquistas.
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