Algoritmo dominicano: presente y futuro

Algoritmo dominicano: presente y futuro

Silicon Valley y Amazon han utilizado las tecnologías, y las redes sociales para medir tendencias, comportamientos, consumos, estilos de vida, sistema de creencias y las predicciones hacia las necesidades de las personas o de grupos sociales. Pero también el algoritmo lo utiliza la política y las grandes empresas para invertir, posicionarse o saber las necesidades de la gente en una circunstancia determinada.

Con esos objetivos los algoritmos crean necesidades, hacen que todo en el mundo sea predecible, para luego hacerlo posible, para acercarnos a todos a vivir del parecer.

En el comercio, el algoritmo te crea la necesidad: “si lo ve lo necesita” o sea, no lo necesitaba, pero una vez te estimulan la dopamina de tu cerebro, entonces, te crean la necesidad de compra, de utilidad o de calmar la ansiedad por tenerlo. Todo esto ocurre por las neuronas espejos que van captando, almacenando y reproduciendo los mensajes en todo el cerebro, para luego convertirlo en un impulso hacia las compras.

La inteligencia artificial en “el envío anticipado” predice lo que las personas consumirán en los próximos meses.
Me pregunto: ¿Cuál es el algoritmo dominicano? En término político, social o cultural ¿Cuál es la predicción del comportamiento psicosocial en los próximos años? ¿Qué puede empeorar o mejorar en crímenes, corrupción, asaltos, bandolerismo, violencia social?

Pero también, ¿cuáles temas o servicios son los que más les interesan a las personas? En fin, la predicibilidad de la economía en dominicana más o menos, mide tendencia, inflación, crecimientos de sectores, control del circulante, mantener la macro y la micro economía; pero le toca al gobierno la distribución, el control del gasto y priorizar la inversión focalizada a grupos vulnerables.

Los estudiosos del algoritmo se validaron para posicionar al presidente Donald Trump o Bolsonaro, eligiendo los discursos, temas y sistemas de creencias que las personas plantean a través de las redes sociales, o los miedos, prejuicios y temores que les hacen buscar refugios políticos, sociales, estructurales y hasta existenciales.

Los dominicanos vivimos con temas no consensuados por décadas o males acumulados y, sobre todo, patinando o circulando hacia las mismas tendencias, me pregunto: ¿Hay un algoritmo dominicano? ¿Qué nos mueve, qué nos hace predecible, qué nos importa o a qué somos indiferentes?

Creo que las empresas, el turismo, los medios, el sistema financiero, saben conocen y controlan sus algoritmos. Pero en términos sociales, políticos, culturales, filosófico, religioso, o de comportamientos sociales no sabemos cuál es la predicibilidad real.

Me pregunto: ¿puede el Gobierno predecir para adelantar planes, proyectos o tendencias psicosociales que cambien el rumbo al espíritu dominicano, o se puede endurecer o fortalecer la identidad, la autoestima, la compasión y el altruismo en los dominicanos?

Los comportamientos violentos, la falta de cultura ciudadana, la cultura de paz y de tolerancia basada en buenos tratos puede predecirse para cambiarla.

Es evidente que los más organizados les dan un mejor uso a las tecnologías, a la inteligencia artificial y a los algoritmos. Los indiferentes y apáticos, simplemente dejan que las cosas sucedan.

El presidente Abinader tiene buenas intenciones, desea establecer diferencias, pero todo apunta a que se deben utilizar el algoritmo para predecir lo que va a pasar en el 2022 y años posteriores.

En el comercio, el algoritmo te crea la necesidad: “si lo ve lo necesita”.

Estudiosos del algoritmo se validaron para posicionar a Trump.

¿Puede el Gobierno predecir para adelantar planes, proyectos?

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