A pesar de la alharaca provocada por los partidos que se oponen a la resolución de la JCE que dispone la aplicación de las reservas de candidaturas por nivel de elección, ninguno de sus dirigentes ha sabido explicar con claridad, y de manera convincente, porqué argumentan que esa decisión favorece o da ventajas al oficialista PRM, que junto a los partidos Alianza País y Frente Amplio le han expresado públicamente su apoyo.

Sobre todo si es verdad, como sostiene el presidente del PRM, José Ignacio Paliza, que no se trata de nada nuevo ya que el proceso electoral del 2020 se reguló bajo esos mismos parámetros por mandato de la sentencia dictada por el Tribunal Superior Electoral (TSE) el 7 de agosto del 2019. Porqué en el 2020 esa decisión no fue objetada por los partidos que hoy se quieren tirar a la calle a rechazarla habría que preguntárselo al PLD, entonces en el gobierno, un detalle que no debemos pasar por alto porque ahí parece estar el motivo del cambio de opinión del partido que batutea el expresidente Danilo Medina Sánchez, aunque todavía nadie se haya atrevido a decir públicamente porqué.

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Mientras tanto vale la pena que se escuche, entre todo ese alboroto, la opinión de Alianza País y su vocero Sergio Holguín, quien afirma que el criterio de que las reservas se hagan por nivel de elección resulta más conveniente al principio de la democracia interna que se supone debe regir a los partidos políticos. Y agrega que dejar en libertad a las cúpulas partidarias de poder reservarse todos los puestos de un nivel de decisión es antidemocrático y violenta derechos de los militantes.

Lamentablemente eso es lo que ha estado ocurriendo en nuestro sistema de partidos y precisamente lo que trata de corregir la sentencia del TSE, ya que la democracia interna que debe normar, como principio universal, a esas organizaciones, ha sido total o parcialmente secuestrada por sus cúpulas, y ese no es un poder –como estamos viendo– al que se renuncie fácilmente.