Ana Teresa Paradas Sánchez, reconocida con una calle del “Mirador Sur”, no solo es la primera mujer dominicana graduada de abogada. Fue también profesora titulada de la Escuela Normal Superior de Santo Domingo, feminista, y una de las más decididas luchadoras contra la Ocupación norteamericana de 1916-1924.
Su defensa de la soberanía la llevó a movilizarse junto a otras aguerridas nacionalistas en “La semana patriótica” de 1920 y en la “Unión Nacionalista Dominicana” recorriendo el país para la formación de las llamadas “Juntas Patrióticas de Damas”.
Aunque recordada y homenajeada por su condición de pionera del derecho, no es abundante la documentación sobre la aventajada estudiante que pese a su primacía debió esperar varios años para ejercer su profesión, después de graduada el 29 de noviembre de 1913, pues se le negó el exequátur.
Pasado este tiempo “despachaba” en la calle “Mercedes” número 38, en horario de 10:00 a.m. y de 3:00 a 6:00 p.m.
Por los escasos datos localizados sobre Ana Teresa se aprecia que contaba con la admiración general, sobre todo por “su iluminado intelecto, amplitud de pensamiento y la lucidez de sus justos razonamientos”.
También porque tanto los Paradas como los Sánchez, eran tenidos por familias “muy respetadas”.
Ana Teresa nació el siete de julio de 1890 en Venezuela (unos afirman que en Puerto Cabello y otros que en Caracas). No se conoce explicación en torno al lugar de su venida al mundo pues sus padres, Salvador Paradas Volta y Emilia Sánchez Díaz, eran genuinamente dominicanos.
La talentosa joven se educó en Santo Domingo, “en cuyos colegios descolló muy pronto por su clara inteligencia”, y a muy temprana edad obtuvo los títulos de Bachiller en Letras y Ciencias y de Licenciada en Derecho. Según uno de sus escasos biógrafos “esto constituyó no solo su triunfo personal sino también el de su sexo”.
Aparte de la genealogía de los Paradas que ofrece Carlos Larrazábal Blanco en “Familias dominicanas”, estas pocas noticias sobre la vida pública de la feminista, abogada y educadora, se encuentran en el fichero personal del historiador Vetilio Alfau Durán. La fecha de graduación figura en el “Anuario de la UASD 1949-1950”. Alfau Durán conservó, además, la publicación del periódico “El Caribe” invitando a la misa del novenario, uno de los pocos documentos donde se anota completa la fecha de su muerte.
Sin descendencia. Ana Teresa estuvo casada con Fernando Arturo Ravelo Castro, y no tuvieron descendencia, lo que contribuye, en parte, al desconocimiento de otros rasgos de la historia de vida de la profesional.
Se ha dado a la luz su tesis universitaria titulada “Efectos jurídicos del matrimonio putativo en caso de bigamia”, impreso en “La cuna de América” en 1913, que contiene 42 páginas.
Otro aspecto que la dio a conocer como la “Primera Abogada Dominicana” fue la “emisión de sello postal para el franqueo de la correspondencia”, que circuló en 1988 con foto de Ana Teresa en la que aparece con toga y birrete. Se imprimieron 500 mil. Cada uno tenía un valor de 20 centavos.
Varias portadas de revistas literarias y jurídicas están adornadas con otras fotos de la señora Paradas de Ravelo, pero la más difundida es la que apareció en “Letras”, que la presenta sentada, con la mirada puesta en un libro sobre su regazo. En otras está junto a maestros, condiscípulos, feministas y patriotas.
Ana Teresa tuvo cuatro hermanos: Salvador, Ernesto, Gustavo A. y Luis Armando.
La dama falleció en Santo Domingo el siete de agosto de 1960. El 13 de ese mes y ese año se ofreció una misa en sufragio de su alma en la iglesia de Nuestra Señora del Carmen.
La calle.
El 15 de octubre de 1975 el Ayuntamiento del Distrito Nacional rindió tributo de admiración a “mujeres batalladoras que en circunstancias adversas se abrazaron a la conquista de la perfección con voluntad, para situarse en el buen ganado sitial de grandes luchadoras por el refinamiento de toda personalidad humana”, designando calles del entonces llamado “Barrio de los maestros” con sus nombres.
Entre éstas estuvo Ana Teresa Paradas, considerada, como las demás homenajeadas, “fuente de protección con el ejemplo de su conducta bien acrisolada y con sus prédicas idóneas…”.
Fue bautizada con el nombre de la primera abogada dominicana la antigua “Calle Primera” del sector hoy conocido como Mirador Sur.