Andy Warhol: El Icono del Pop-Art Americano

Andy Warhol: El Icono del Pop-Art Americano

Andy Warhol (1928 – 1987) (Andrew Warhola) nació en Pittsburg, Pensilvania en 1928, hijo de dos emigrantes checoslovacos. Andrei Warhola (minero y obrero) y Julia Zawacky.

Warhola, estudiante de pintura en el Instituto Carnegie de Tecnología, eliminó la última vocal de su apellido en 1949 cuando se mudó a New York, donde su amada madre se reunió con él un año después. Llegó al MoMa por primera vez en 1956 en el colectivo “RecentDrawing USA” exponiendo obras que representan “zapatos de celebridades” realizados en collages de pan de oro inspirados en el carácter de las estrellas a las que estaban idealmente dedicados como ZsaZsa Gabor, Mae West o Elvis Presley.

Son los años cincuenta, los del boom económico, nace la sociedad de consumo y se difunde el mito americano del bienestar para todos, hacerse rico y famoso se vuelve una ambición legítima y posible, que se alimenta a través de las pantallas de cine y televisión y se difunden a través de los carteles publicitarios esparcidos por todas partes de la ciudad. La Gran Manzana es la tierra de las fantasías y metas donde todo puede suceder, una incubadora de sueños y fermento cultural en la que Warhol supo inmediatamente hacerse notar. Sus primeros trabajos fueron como creador de anuncios publicitarios para revistas de moda (Vogue y Glamour), en las noches desarrollaba sus ideas creativas basadas en la repetición y reelaboración de imágenes de bienes de consumo industriales. Warhol tenía la predisposición de ser un hombre de negocios, en 1957 funda una empresa que llevaba su nombre.

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“A principios de los años cincuenta frecuentaba todas las galerías de arte”, recuerda Warhol, en una de estas, estaba expuesto un cuadro de un hombre dentro de un cohete espacial con una niña al fondo. Preguntó al encargado de la galería quién era el artista, el encargado respondió que era una pintura de un joven artista llamado Roy Lichtentein. La Galería Castelli fundada en 1957 había lanzado artistas como Jasper Johns y Robert Rauschenberg.

Warhol y Lichtenstein son considerados los dos gigantes del Arte Pop, incluso en el valor de sus obras. Warhol con un récord de subasta de 105,4 millones de dólares obtenido en 2013 en Sotheby’s de New York por “Silver Car Crash”, Lichtenstein con 95,3 millones de dólares por “Nurse” (1964) enChristie’s New York en 2015.

La visión artística de Warhol se consolidó en los años 60 y desde entonces empezó a llamar la atención. En 1962, un accidente aéreo en el que murieron 129 personas inspiró el tema de la primera serie de obras de Warhol, titulada “Death and Disaster” (muerte y desastre). Interesado por relacionarse con la realidad que lo rodea, el artista capta su aspecto trágico, pero al mismo tiempo lo vacía de significado. No hay transporte emocional ni denuncia o crítica social, Warhol transfigura las imágenes sangrientas extraídas de noticias policiales. La suya es una mirada externa, distante, que trastoca la percepción de un acontecimiento, para lograr su resemantización en términos puramente visuales. Por eso una imagen de un accidente o una silla eléctrica no son tan diferentes de una lata de sopa, para Warhol son, fríos fotogramas donde se cristaliza la experiencia cotidiana de la sociedad. De este periodo son las famosas series de latas de Sopa Campbell, las botellas de Coca Cola y luego los retratos multicolores de Marilyn Monroe, Elvis Presley y otros.

Warhol lograba ser popular porque daba a las cosas cotidianas del pueblo estadunidense un nuevo valor y una nueva visibilidad a imágenes totalmente conocidas. Al pintar cien latas de sopa una al lado de la otra, nos muestra el verdadero rosto de la América, el país del consumismo y la repetición, sin buscar distanciarse de ese modelo americano, sino identificándose totalmente con ese estilo de vida. Warhol sabe bien que el sueño consumista ha encontrado plena expresión en las democracias occidentales, todos tenemos los mismos ídolos, pensamos de la misma manera y tomamos la misma sopa, los pobres pueden beber la Coca Cola, que bebe el presidente Jimmy Carter o Elizabeth Taylor. Esta postura también encuentra una perfecta correspondencia a nivel técnico: la producción en serie, rasgo distintivo de su obra, implica un enfoque repetitivo y aséptico, seguramente heredado por la producción publicitaria de sus primeros años. Las primeras pinturas xerografiadas, realizadas a mano y luego reproducidas mecánicamente, fueron dejando paso a la foto serigrafía pura, mediante la cual se obtenían directamente las matrices destinadas a la impresión, con deliberada renuncia a cualquier rastro artesanal. La repetición desactiva el concepto de unicidad de la obra de arte, en favor de un proceso artístico mecánico. Warhol no quiere crear piezas únicas, como las obras de arte tradicionales. Las imágenes para Andy son bienes para consumir como los productos que se representan, en lo que no se reconoce la mano del artista. Su taller o laboratorio toma el nombre de “Factory”, una fábrica de ideas, una cadena de montaje creativa de donde surgen obras creadas por varios artistas. Alrededor de Warhol gravita un grupo de excéntricos talentosos como Jean-Michel Basquiat, Francesco Clemente y Keith Haringetc., unidos por un idéntico lenguaje y estilo de vida, basados en la aceptación de cualquier comportamiento, sin pretensiones de juicio. Carismático y contradictorio, homosexual y católico, popular y experimental, Warhol se encarga de ser su espejo y su megáfono, y aun rechazando cualquier noción de individualidad, se trasforma en una verdadera estrella. Acabar inmortalizado en sus retratos seriados de colores vibrantes, se convierte en un certificado de éxito, un reconocimiento imprescindible al que aspiran todos los personajes importantes de la época. Mientras sus obras viajan por todo el mundo.

El arte tradicional viene revisitado por Warhol, y despojado de su aura mística. Entre 1985 y 1987 crea un ciclo de obras de gran formato dedicadas a La Ultima Cena de Leonardo da Vinci, reinterpretadas según los rasgos estilísticos del Pop Art. La Ultima Cena es precisamente la obra irreverente con la que el artista se despide del mundo, murió a los 59 años en New York luego de una operación quirúrgica.

El título de la obra “The Last Supper” recuerda a la lata de sopa, que ejemplifica la poética de Wahol, destinada a demostrar que incluso una obra maestra de valor incalculable, como la lata sopa Campbell no son más que productos.

36 años después, la fuerza del mensaje de Warhol no se ha agotado, la fama ha seguido creciendo, hasta convertirlo en el artista más costoso del mundo, solo superado por Pablo Picasso. Lo que más nos sorprende es con la precisión que Warhol documenta el cambio de valores introducido en la sociedad por el consumismo, el reinado de las apariencias y la carrera por acumular bienes, en sus obras vemos reflejadas nuestras necesidades cada vez menos primarias y cada vez más inducidas, sentimos el peso de la estandarización que nos aplana, pero a pesar de ello el poder magnético de sus imágenes nos capturan y nos hacen reflexionar.

Andy Warhol falleció el 22 de febrero de 1987 con solo 59 años de edad a causa de un paro cardiaco pocas horas después de una operación de vesícula biliar, dejando un testamento de once páginas además de 4,118 pinturas, 5,103 dibujos, 19,086 estampas, 66,512 fotografías, un amplio portafolio de propiedades patrimoniales y una increíble cantidad de antigüedades y objetos acumulados a lo largo de los años. La fundación de Warhol tomó el control total (según las instrucciones de Warhol) y organizó una espectacular venta de diez días en Sotheby’s en abril 1988, más de 10,000 piezas de la colección del artista y objetos personales recaudaron 25,3 millones de dólares. Un coleccionista pagó 250.000 dólares por una lata de galletas.

“Si quieres saber todo sobre Andy Warhol, solo mira la superficie de mis pinturas y a mí mismo: estoy ahí. No hay nada detrás”, afirmó el padre del Pop Art, uno de los artistas más icónicos e influyentes del siglo XX.