Ángel Haché es de las personas que pueblan permanentemente el recuerdo. Hemos tenido el privilegio, no solamente de conocerlo, sino de tenerlo como amigo y artista plástico muy cercano, también de verlo y escuchar el timbre de su voz como uno de los grandes actores dominicanos en todos los tiempos.
Sentimos por él una intensa admiración durante décadas compartiendo profesionalmente la crítica de su obra visual con su genio plural en teatro –publicamos el primer libro sobre su labor en escena- y fue mucho después cuando lo descubrimos en el campo de la literatura, como un poeta considerable. De la estirpe de otros grandes artistas dominicanos que fueron poetas, como Gilberto Hernández Ortega, Aquiles Azar, Danilo de los Santos e Iván Tovar.
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Uno de los poemas de Ángel Haché que nos conmovió profundamente fue Figuras de Cartón, a la vez escrito en palabras y en pinceladas, con sus dramáticas imágenes de la valentía, el sacrificio y la entrega total en el levantamiento revolucionario del 1965. Expresa finalmente más allá de la desolación y el sacrificio, el orgullo y la esperanza. Que me permitan citar los últimos versos:
Ayer esperaba la muerte como figura de cartón,
Hoy ha cambiado el cartón de mi figura
Espero la vida.
Además corresponde exactamente a los sentimientos de quienes participaron en esa inolvidable gesta. Por cierto, obras como la de Ángel Haché deben contribuir a que la conozcan y valoren las mujeres y los hombres que nacieron después… Desgraciadamente, la indiferencia y el olvido a menudo suceden a los cantos del heroísmo…
Leímos a Ángel Haché con emoción y pasión. No nos lo preguntamos, nosotros estamos seguros de que su nombre … va a ingresar en la lista de los poetas dominicanos y caribeños, como él dramáticamente comprometidos. El compromiso, los compromisos… es un tema ineludible. Ángel, en sus obras, rechazaba el arte por el arte.
El tema del amor
Uno de los temas que figura entre los principales en su obra poética, como en su obra gráfica, es el amor, que, así lo afirmamos , “hasta compromete irracionalmente e implica la posesión: la pasión triunfa y cambia el ritmo de la vida y del verso”.
El amor iluminó la obra completa de Ángel Haché, y por supuesto su poesía. Fue una auténtica profesión de fe, con la búsqueda de Dios. Era un creyente fervoroso. Varios son los temas religiosos, en sus dibujos y en sus versos. Elegimos tres, particularmente dramáticos.
Señor… entonces
Castiga mi carne o conviérteme en roca.
Para que vivas en mí.
Encontramos en él, una afición, una inclinación, un sentimiento prácticamente universal. Que sea por su país, por la naturaleza, por la humanidad, por la sociedad, por las artes, el teatro por supuesto, el cine inmensamente, la música y el canto.. No hay que mencionar la pintura y sobre todo el dibujo que él practicó intensamente…
Ahora bien, si hubo un amor, que superó a todos los demás, fue por Elsa Núñez, querida, idolatrada, pintada, dibujada, cantada en sus poemas. Fue su musa, su confidente, su heroína, su colaboradora permanente.
Como han celebrado el amor de Eloísa y Abelardo en el Medioevo, ambos excepcionalmente brillantes, pensamos en el amor de Ángel por Elsa y de Elsa por Ángel, pero son otros tiempos: el respeto circundante, la felicidad de pareja, la recíproca entrega perduraron casi 50 años… Ahora, Elsa Núñez agrega a la memoria omnipresente de Ángel Haché, su poemario, además precioso libro, ilustrado por dibujos, pinturas y fotografías, un acorde perfecto entre la belleza de la palabra y las artes visuales.
Concluiré – espero que Elsa lo permita-, citando dos muy emocionantes estrofas del maravilloso “Poema a Elsa Núñez:
Una mariposa se posó en tus manos
(Aún no tenían formas sus alas)
Y hurgó entre tus dedos
¡Tus verdaderos pinceles!
Líneas, formas y colores.
Yo capturé esa mariposa
(ahora sus alas son poemas)
Poemas escapados que vuelan, pintando el aire, pintando el tiempo.