El retiro del proyecto de reforma fiscal y el consenso que deberá articularse para reformular las deficitarias finanzas públicas genera una nueva coyuntura social y política.
En esta nueva coyuntura todos los funcionarios del gobierno deben estar en especial disposición de hacer el aporte o sacrificio que sea necesario para cuidar el liderazgo del presidente Luis Abinader, de modo que pueda seguir encabezando al país en el fortalecimiento de la institucionalidad democrática y dar inicio -por fin- a un modelo de gestión pública resiliente y sostenible, que genere bienestar social y desarrollo integral para los dominicanos.
El rol del presidente Abinader es fundamental en un contexto internacional en el que la democracia se deteriora y acechan amenazas varias al crecimiento económico y la equidad, en múltiples países y regiones del mundo.
Y es primordial la vigencia del liderazgo Abinader en un país como el nuestro, en el que los políticos renuncian al liderazgo responsable alegando que “una cosa con violín”, cuando hacen promesas demagógicas, “y otra cosa es con guitarra”, cuando están en el gobierno e incumplen para no cargar costos políticos.
Bien intencionado el proyecto de Ley de Modernización Fiscal no pasó la prueba de su concertación y será formalmente retirada del Congreso Nacional informó el sábado el presidente Luis Abinader.
El proyecto se cae porque según ha sido objeto de una campaña de rechazo al esquema o las fórmulas con que fue redactada la propuesta.
Entonces hay que cambiar el esquema y sus fórmulas porque hay que insistir, como precisó el presidente “esto implicará ajustar el alcance de los planes de desarrollo que había planteado y construir alternativas aceptables para lograr la República Dominicana que queremos”.
Al explicar al pueblo su decisión de retirar la propuesta, el mandatario puntualizó que «Esta obligación que otros eludieron para proteger su popularidad política, la asumimos nosotros con responsabilidad y valentía para garantizar la sostenibilidad de la economía dominicana.
“Lo hicimos convencidos de la necesidad de un cambio estructural que redujera la dependencia del endeudamiento externo y aumentara nuestra capacidad de financiar las soluciones a tus problemas de seguridad, agua potable, electricidad, salud y transporte; y para eliminar distorsiones y privilegios.
“Como siempre, seguiré trabajando junto al pueblo dominicano, para que la República Dominicana siga avanzando con justicia, equidad y prosperidad para todos”.
Las dificultades que se interpondrán al saneamiento de las finanzas públicas serán muchas, sobre todo porque algunos de los grandes creadores del déficit público, hace 12 años, se han lanzado a una alucinada campaña electoral 2024-2028, oponiéndose a todo cuanto proponga el gobierno.
Sea en favor de un Pacto de Nación frente a los problemas que nos genera Haití; empezar el saneamiento del Poder Judicial, fortaleciendo el Ministerio Público; cercenar la herencia maldita del continuismo; controlar el carnaval de campañas electorales para ahorrar parte de los altos costos políticos que facturan al país los partidos políticos.
Y cuentan esos demagogos con el coro de una parte de la gente que quiere vivir en las comodidades de países desarrollados, pero no cumplir los requerimientos y obligaciones de ley y orden que allí deben observarse, incluyendo el pago de impuestos.
Por todo ello los funcionarios deben estar especialmente dispuestos a asumir cuanto aporte y sacrificios demande la nueva coyuntura al liderazgo ya histórico del presidente Luis Abinader.