El esfuerzo de un número significativo de productores de la región de Este fue hecho trizas por el viento y las lluvias que arrasaron siembras de diversos frutos para abastecimientos regionales y establos en que los que descansa una porción de la ganadería proveedora de leche y carne para los dominicanos. El golpe contundente de Fiona.
Ante la suma de daños el propio sector abatido solicita apoyo estatal para resurgir de las ruinas dejadas por el fenómeno atmosférico que debe consistir, entre otras remediaciones, en asistencia técnica acelerada, semillas mejoradas y el aplazamiento en pago de deudas contraídas para obtener bienes de consumo de primera necesidad.
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Buena parte de los cultivos seguían ayer bajo agua o aislados de sus propietarios por la destrucción de caminos. La presteza conque el Gobierno pone atención al impacto ciclónico sobre las economías provinciales es señal promisoria para toda esa gente que trabaja duro en el campo.
Lo es en sentido general para los pequeños propietarios y jornaleros que continuamente se han estado inclinando hacia el surco para hacer parir la tierra y para los ordeños de su propia nutrición y la de reducidas comunidades de la ruralidad a que pertenecen. Muchos techos desaparecieron de las moradas exponiendo humildes pertenencias a sol y agua.
Zonas declaradas en emergencia para la llegada a tiempo del socorro que restablezca la normalidad. De los predios en desgracia provienen alimentos para habitantes de ciudades.