Antonio Florentino Méndez, el imputado número 23 en el caso Antipulpo, aseguró ser un “gestor” de negocios y no un testaferro de Alexis Medina Sánchez, de quien dijo, “antes era un Dios” y ahora es considerado el Diablo.
Asimismo, negó ser socio o gerente de alguna de las empresas del Grupo JAMS como le atribuye el Ministerio Público, a través de las cuales habría incurrido en el delito de Lavado de Activos.
Además, rechazó haber sido beneficiario del Fonper, Salud Pública, Obras Públicas y otras instituciones, afirmando que “nunca he sabido ni supe qué hacían y de dónde esas instituciones devengaban su patrimonio porque nunca he tenido proveedor del Estado en mis empresas”.
Dijo que el MP “me acusa de que soy un lavador” por un pago que la empresa Fuel America de Alexis le hizo a la razón social Shangai, con la cual aseguró él no tiene nada que ver.
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Refirió que Fuel American hizo un pago a la empresa Shangai de un 50% de avance por la compra de cuatro cisternas o tanques, sin embargo el MP dice que con ese cheque Alexis lo que compró fue parte de los juegos del Parque Temático que está en Punta Cana.
Florentino además negó ser dueño de WMI, una empresa multimillonaria en Guatemala adonde viajó acompañado de Alexis y del también imputado Rigoberto Alcántara cuando todavía ninguno de ellos tenía impedimento de salida del país.
Indicó que en ese viaje desde República Dominicana-Panamá-Miami-Guatemala estuvieron vigilados en todos los lugares por un agente del Ministerio Público, y retó al órgano persecutor “a decir que yo hice un evento ilícito en todo ese proceso”.