Aprender con dolor

Aprender con dolor

Julio Ravelo Astacio

Por Julio Ravelo Astacio

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Aprender es profundizar en el conocimiento. Desarrollar habilidades y destrezas que no teníamos. Utilizar nuestras neuronas para adquirir y cotejar información/formación para que nos permita el reto de existir con mayores posibilidades de éxito.

Los grandes logros personales y de la sociedad toda dependen de la suma de esfuerzos, conocimientos y perseverancia. Ellos han permitido el avance de la ciencia, tecnología, cultura, arte, entre otros.
No dejarnos influenciar de aquellos que van por el mundo como barco sin destino.

Todo lo que hacemos debe tener un camino, una ruta, un puerto definido y seguro donde arribar. Eso también contribuirá con nuestro avance en el mundo acelerado del conocimiento y de la vida misma que hoy nos toca vivir.

¿Cuántas veces usted se ha sentido tentado a quedarse en cama un día lluvioso y fresco? ¿O luego de una jornada laboral extenuante? ¿O un período de exámenes estresantes?, pero el cumplimiento del deber nos llama, sus deseos de éxito le impulsan. Necesitamos una valoración positiva de nuestros familiares y compañeros de faenas, una evaluación favorable en el lugar de trabajo o estudio que permitan una promoción o ascenso.

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Algunos amigos lectores podrían pensar que no siempre se aprende con dolor, pero, en nuestro caso el dolor es una metáfora. No es el dolor de una fractura ósea, de un infarto cardíaco, de un cólico nefrítico, de los dolores del parto, de golpes y fracturas múltiples producto de un accidente.

Pero no, de ninguna manera. Es llamar la atención sobre cuánto nos cuesta crecer, superarnos y cómo una cantidad importante de adolescentes, jóvenes y otros no tan jóvenes, desperdician su tiempo en juegos o actividades que nada aportarán a su futuro. Aprovechar el tiempo para superarnos tiene que ser meta constante en nuestras vidas.

Las barreras existen, aparecen en nuestro trayecto, si no la puedes saltar procura un desvío, de no ser posible procura una escalera, si aún no lo logras, busca una mandarria y con ayuda de otros golpea fuerte hasta derribarla. Si aún no consigues tus propósitos vamos por un bulldozer. ¿Persiste aún la barrera? Nada de perder el impulso. También de los roedores podemos aprender, imitemos lo que ellos hacen: hagamos un hoyo o agujero por debajo del obstáculo/barrera. Pasemos al otro lado y ya. La barrera, al parecer quedó intacta como estructura para aquellos que no se atrevieran a buscar otras alternativas.

Pero aquellos luchadores, perseverantes, deseosos de aprender y superar dificultades buscaron y encontraron una forma inteligente de aprender y hallaron la forma de excluir de sus vidas las barreras/obstáculos sin al parecer derribarlos. No obstante, lograron sus objetivos.

Cambiar o modificar la táctica hasta encontrar la apropiada y lograr nuestros propósitos. Es nuestra obligación.

Todo ello nos lleva a solicitar con vehemencia a nuestros educadores, su dedicación entusiasta en la formación de nuestros estudiantes, sean estos de niveles primario, secundario, universitario o técnico. Motivar a nuestros jóvenes alumnos a comprometerse con una buena formación. A los que nos toca esa hermosa tarea estamos obligados a infundir deseos de aprender, motivación, superación por llevar a cabo todos y cada uno de sus propósitos. Luego al correr de los años se enterará de los éxitos de aquel muchacho/a que en sus inicios parecía no se podría esperar mucho. Entonces usted profesor/a sentirá su pecho henchido y su espíritu reconfortado, cuando uno de ellos le encuentre aquí o en el exterior, y le exprese su agradecimiento y todo lo que usted contribuyó con sus éxitos de hoy. Quizás sin usted notarlo.

Disfruta y valora lo aprendido, y todo lo que aún puedas aprender. El aprendizaje es una constante para su avance, no hay horarios, ni un solo y solitario espacio.

Cualquier lugar es bueno para aprender.

De lo bueno se aprende, se imita. Lo malo también nos enseña a rectificar conductas y hasta rechazar comportamientos no deseados.

Se aprende con dolor, pero se aprende a vivir mejor.

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