ZURICH. Tras aprobar reformas destinadas a erradicar la corrupción en la FIFA, 207 mandatarios de las 209 federaciones afiliadas encararon el viernes la votación de la que saldrá el próximo presidente del organismo rector del fútbol mundial.
Una vez votadas las enmiendas estatutarias y tras una pausa de una hora, el proceso electoral arrancó con los discursos de los cinco candidatos a suceder a Joseph Blatter.
El jeque Salman se antoja el máximo favorito para lograr el cargo, al que también opta el actual secretario general de la UEFA, Gianni Infantino, además del príncipe Ali de Jordania, y el francés Jérôme Champagne.
Los dos últimos apenas tienen opciones de victoria y el quinto, el sudafricano Tokyo Sexwale, anunció repentinamente su retirada durante su discurso ante el congreso, declarándose a disposición del próximo presidente.
“Les hablo desde el corazón, no a partir de un discurso en una hoja de papel. Mis logros en Asia lo dicen todo. Ayudar a las naciones pequeñas es prioritario”, aseguró Salman, presidente de la confederación asiática, durante su discurso ante el congreso. “Gane quien gane, mañana tenemos que estar todos unidos”, reclamó.
Kuwait e Indonesia no pueden votar debido a la interferencia de sus gobiernos en las federaciones, lo que deja un total de 207 papeletas entre las 209 federaciones afiliadas.
Infantino, por su parte, hizo gala de su dominio de los idiomas en su alocución, y soltó un guiño a las confederaciones latinoamericanas, hablando parcialmente en español y reiterando su compromiso a financiar programas de desarrollo.
“El mundo tiene que agradecer a Sudamérica lo que da la a FIFA. La Conmebol es la confederación más pequeña en número, pero en fútbol es la más grande”, opinó.
“Tenemos que seguir trabajando por el futbol sudamericano. CONCACAF tiene federaciones pequeñas y grandes, con diferentes niveles.
La FIFA no tiene que frenar, tiene que estar allí”. La votación comenzó minutos antes de las 1300 GMT, con Afganistán depositando el primero de los 207 votos en liza. Para imponerse en primera ronda se precisa una mayoría de dos tercios de la asamblea, es decir, 138 votos.
De no conseguirse, en un segundo intento se necesita una mayoría simple sobre el 50% – 104 apoyos. El candidato menos votado será eliminado en las rondas subsiguientes. El apoyo de la mayoría de naciones en África y Asia deberían bastar para impulsar el triunfo de Salman.
Funcionarios de la FIFA, delegados y observadores dijeron el jueves a The Associated Press que las encuestas entre votantes y confederaciones indicaban que Salman era el candidato que congrega más apoyos, y podría lograr la mayoría en la primera votación.
Con todo, seguramente será necesaria una segunda vuelta si no renuncian los otros tres candidatos, una vez retirado Sexwale.
El nuevo presidente asumirá la difícil tarea de liderar la renovación de la FIFA, que intenta dejar atrás décadas marcadas por los escándalos de corrupción, y que aprobó en masa enmiendas acordes, previo a los discursos de los cinco candidatos.
Desde la fundación del organismo internacional en 1904, no se disputaron elecciones peleadas hasta que Stanley Rous fue elegido en 1961. El inglés fue superado por Joao Havelange en 1974. Sin oposición alguna, Havelange presidió la FIFA durante 24 años.
El brasileño fue reelegido por última vez en 1994 antes de ser reemplazado por Joseph Blatter, cuatro años después. Blatter ganó dos de sus cinco elecciones sin enfrentar rivales, y también se impuso en la quinta celebrada en mayo, aunque dejó el cargo a los cuatro días, después que autoridades suizas detuvieran durante aquel congreso a varios miembros de la FIFA, incluidos dos vicepresidentes.
“Las reformas son un paso en la línea correcta. Soy el único candidato que ha demostrado estar comprometido con una nueva FIFA”, dijo Ali, quien aglutinó 73 votos en los comicios anteriores.
Blatter no podrá entregar formalmente el trono, ya que en diciembre fue suspendido por la FIFA durante ocho años por autorizar un pago de dos millones de dólares al presidente de la UEFA, Michel Platini, en 2011. La sanción fue reducida a seis años el miércoles.