Arte: “La más bella expresión de la conciencia”

Arte: “La más bella expresión de la conciencia”

GALERÍA VIRTUAL DEL IICA/PINTURA DE JORGE CHECO

Arte: Cultor sincero de los hechos ciertos y consorte de los vagos matices de la imaginación. Reciedumbre cuando habla de belleza, nostalgia, cuando cuenta de terneza de poesía y de candor.

Incorruptible hechicero de mágicos encantos, solitario transeúnte de viejos y nuevos caminos, senderos plenos de ilusión y angustia, jornadas de hacer y deshacer sin certeza, con lejanas ideas que llegan y se van con la extraña e inquieta melancolía grata y placentera, con toda esa incertidumbre que nos deja en el alma el más agradable sabor de aventura.

Hacer arte: un legado diferente, entrañable costumbre grata y atrevida de los elegidos, misión que agota y espanta el tedio, fuente de cálido sentir, plenitud del más hondo palpitar de la mente y el espíritu, comunión de ideas y actitud con un maravilloso destino.

Alegría y suerte que acompaña al mundo, es la inquieta certeza de amar, de ofrendar un bálsamo cargado de bondad y buena voluntad.

El arte: incomprendido, insondable, piedra angular del extraño pensar de hombre artista, perfume que seduce, que embriaga, sensible rincón de lo que amamos, de lo que sentimos, de lo que realmente somos.

Arte: friso de angustia, fiesta del alma, girón de melancolía, sencilla forma de mostrar lo bello, escabroso camino pleno de fe. Así es el arte: sencillo, alegre, triste, angustiado, comprometido, hermoso, cierto, verdad.

A veces también es pasión, espanto. Onírica versión de la vida, asidero de lo hermoso, tregua del espíritu, retazo de locura, el más alto sentir de la belleza.

El arte como figura simbólica de la creación, se nos ofrece en formas diferentes; unas veces como la íntima timidez de unas hermosas ojeras de mujer, otras; con la humillante tristeza de la miseria del hombre sin destino. A veces con la narración heroica del triunfo de la vida. Otras veces con el último sentir de la fe religiosa del hombre creyente, plasmadas en imágenes simbólicas que pretenden conciliar a este mundo pagano con la presencia de Dios.

El arte: soñado paraíso de extraña y hermosa sensualidad, presencia firme contra lo vulgar y el artificio, predio de buen gusto, recinto de lo sublime, fortuna del hombre.

Arte: denuncia y compromiso, tempestad de la vocación, insurrecta pasión, disturbio de la cordura, promesa cumplida, demente actitud creadora, convulsa, plácida, plena.

Pupilas de la ternura, encendidas con luz de las estrellas, con el fulgor del fuego. Atrevidos encantos, pasajera ilusión que se funde con la brisa. Sueño, vértigo, espejo del alma.

Así es el arte; intrigante pensar de lo desconocido, cercanos encuentros de lucidez y sueños, cuento que narra extraños quehaceres donde la vigilia se esfuma y el misterio asoma su presencia.

Arte: refugio de la inquietud, de gracia, de lujuria y candor. Savia fresca, sortilegio que anega los secretos del espíritu.
Arte: poderosa fuerza que agita el alma, que incita placeres, que agota la luz del sol, que estremece el universo, presencia recurrente de un infinito bienestar.

En fin; profecía de los dioses y esa extraña y caprichosa virtud que mora y vive en el más hondo sentir del hombre artista.

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