Payton Gendron appears during his arraignment in Buffalo City Court, Saturday, May 14, 2022, in Buffalo, N.Y. Gendron was arraigned on first-degree murder charges and ordered detained without bail. Police officials said the 18-year-old was wearing body armor and military-style clothing when he pulled up and opened fire at people at a Tops Friendly Market. (Mark Mulville/The Buffalo News via AP)
La fiscalía del distrito del condado de Erie (norte de Nueva York) identificó al tirador que el último sábado mató a diez personas en un supermercado de la ciudad de Buffalo como Payton S. Gendron, un joven blanco de 18 años, que había sido definido previamente como un supremacista blanco.
Gendron quedó detenido sin derecho a fianza, bajo los cargos de homicidio en primer grado, y comparecerá por primera vez el martes por la mañana ante el juez. El delito podría costarle la cadena perpetua, ya que en el estado de Nueva York no existe la pena de muerte.
El fiscal confirmó que consideran los asesinatos como “racialmente motivados”, siguiendo así la tesis adelantada por el agente especial del FBI Steven Belanger, quien agregó que su oficina investiga el incidente “como un crimen de odio y un caso de extremismo violento por motivos raciales”.
Gendron, que hizo un viaje de varias horas hasta llegar a Buffalo, habría seleccionado este barrio de la ciudad por estar habitado mayormente por población afroamericana, y de hecho entre sus 13 víctimas -los muertos más tres heridos-, 11 de ellas eran afroamericanos.
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Tras el tiroteo, que acabó también con la vida de un agente de seguridad del supermercado, se entregó voluntariamente a la policía.
El New York Times añade que el joven se declaró en el primer interrogatorio “no culpable” y aceptó un abogado de oficio tras asegurar que no puede costearse uno privado para su defensa.
La fiscal general de Nueva York, Letitia James, describió el ataque como “terrorismo doméstico, simple y llanamente” y dijo que el tirador sería procesado “con todo el peso de la ley.”
Los agentes federales entrevistaron a los padres del atacantey cumplieron múltiples órdenes de registro, dijo el domingo un funcionario de las fuerzas del orden a The Associated Press.
Las autoridades federales seguían trabajando para confirmar la autenticidad de un manifiesto de 180 páginas que se publicó en Internet, en el que se detallaba el plan y se identificaba a Payton Gendron por su nombre como el atacante, dijo el funcionario. Los padres de Gendron estaban cooperando con los investigadores, añadió.
Una investigación preliminar se descubrió que Gendron había visitado repetidamente webs que propugnaban ideologías de supremacía blanca y teorías de conspiración basadas en la raza y que había investigado extensamente los tiroteos de la mezquita de 2019 en Christchurch (Nueva Zelanda), y el hombre que mató a decenas de personas en un campamento de verano en Noruega en 2011, dijo el funcionario. Tal como en esa matanza, el crimen del sábado fue transmitido en vivo por redes sociales.
En una entrevista el domingo con ABC, el comisario de policía de Buffalo, Joseph Gramaglia, dijo que Gendron había estado en la ciudad “al menos el día anterior”.
“Parece que había venido aquí para explorar la zona, para hacer un pequeño trabajo de reconocimiento de la zona antes de llevar a cabo su acto malvado y enfermizo”, dijo Gramaglia.
La policía dijo que Gendron transmitió en directo por Twitch antes de entregarse a las autoridades. Las capturas de pantalla que supuestamente pertenecen a la transmisión de Twitch parecen mostrar un epíteto racial garabateado en el rifle utilizado en el ataque, así como el número 14, una probable referencia a un lema de la supremacía blanca.
Gendron, confrontado por la policía en el vestíbulo de la tienda, se puso un rifle en el cuello pero fue convencido de que lo dejara caer.
“Rezamos por sus familias. Pero después de rezar -después de levantarnos de nuestras rodillas- tenemos que exigir un cambio. Tenemos que exigir justicia”, dijo la fiscal general James, en un emotivo servicio religioso en Buffalo el domingo por la mañana.
Entre los muertos se encuentra el guardia de seguridad Aaron Salter -un agente de policía retirado de Buffalo-, que realizó múltiples disparos contra Gendron, dijo Gramaglia el sábado. Una bala alcanzó el blindaje del pistolero, pero no tuvo efecto. Gendron mató entonces a Salter, antes de cazar más víctimas. “Se preocupaba por la comunidad. Cuidaba de la tienda”, dijo de Salter Yvette Mack, que había comprado en Tops ese días más temprano. “Hacía un buen trabajo. Era muy amable y respetable”.
También murió Ruth Whitfield, de 86 años, madre del comisario de bomberos jubilado de Buffalo, Garnell Whitfield. El alcalde de Buffalo, Byron Brown, dijo a los asistentes a la iglesia que vio al ex funcionario de bomberos en el lugar del tiroteo buscando a su madre. “Mi madre acababa de ir a ver a mi padre, como hace todos los días, a la residencia de ancianos y se detuvo en el Tops para comprar comestibles. Y nadie ha sabido nada de ella”, dijo entonces Whitfield al alcalde. Más tarde se confirmó que era una víctima, dijo Brown.
Katherine Massey también fue asesinada, según el Buffalo News. Los nombres del resto de las víctimas no habían sido revelados.
Twitch dijo en un comunicado que terminó la transmisión de Gendron “menos de dos minutos después de que comenzara la violencia.” La gobernadora de Nueva York, Kathy Hochul, oriunda de Buffalo, pidió a la industria tecnológica que se responsabilice de su papel en la propagación del discurso de odio en una entrevista el domingo con la cadena ABC.
“Los directores generales de esas empresas tienen que rendir cuentas y asegurarnos a todos que están tomando todas las medidas humanamente posibles para poder controlar esta información. La forma en que estas ideas depravadas están fermentando en las redes sociales se está extendiendo como un virus ahora”, dijo, añadiendo que la falta de supervisión podría llevar a otros a emular al tirador.
El tiroteo masivo ha agitado aún más a una nación sacudida por las tensiones raciales, la violencia con armas de fuego y una oleada de crímenes de odio. Un día antes, la policía de Dallas había dicho que estaba investigando los tiroteos en el barrio coreano de la ciudad como crímenes de odio. El ataque de Buffalo se produjo apenas un mes después de que un tiroteo en el metro de Brooklyn causara 10 heridos y poco más de un año después de que 10 personas murieran en un tiroteo en un supermercado de Colorado.
Hochul, ella misma oriunda de Buffalo, describió el crimen como una “ejecución de estilo militar” -dijo que el tirador llevaba un arma de asalto AR-15- y dijo que los mensajes racistas se estaban “propagando como un incendio”.
Hochul hizo un llamamiento a los funcionarios de ambos partidos políticos para que “se aseguren de que esta gente se meta en sus agujeros y se quede allí”.
En su intervención en ABC, describió las redes sociales como “instrumentos de este mal”, diciendo que permitían que los temas racistas se “extendieran como un virus”.
El ataque evocó el recuerdo de algunos de los peores ataques racistas de la historia reciente de Estados Unidos, como la matanza en 2015 de un joven blanco contra nueve fieles en una iglesia negra en Carolina del Sur, y el ataque de 2019 de un hombre blanco en Texas que se cobró 23 vidas, la mayoría de ellas hispanas.