Así fue la última Semana de la Moda de Oscar de la Renta en NY

Así fue la última Semana de la Moda de Oscar de la Renta en NY

NUEVA YORK. Durante su desfile en la Semana de la Moda en septiembre, Oscar de la Renta se sentó en el lugar usual: una silla entre bambalinas, donde pudiera inspeccionar cuidadosamente a cada modelo antes de emerger en uno de sus suntuosos e impecablemente construidos diseños.

Al final del show, el emblemático diseñador también salió, tomado del brazo de dos de sus modelos. No caminó solo ni fue muy lejos, pero tenía la más amplia de las sonrisas.

Le dio a cada modelo un beso en la mejilla, y volvió a los bastidores, donde las modelos y demás personal lo aplaudían con entusiasmo.

De la Renta, que vistió a primeras damas, socialités y estrellas de Hollywood durante más de cuatro décadas, murió el lunes por la noche en su casa en Connecticut, un mes y medio después de ese desfile. Pero no antes de recibir otro gran honor: la novia más famosa del momento, Amal Alamuddin, vistió un traje con los hombros descubiertos hecho a medida por De la Renta para su boda con George Clooney en Venecia.

La revista Vogue mostró imágenes de una prueba del vestido en las que se ve al creador sonriendo sentado sobre una mesa.

El diseñador falleció rodeado de su familia, amigos y “más que unos pocos perros”, según un comunicado escrito a mano y firmado por su hijastra Eliza Reed Bolen y el esposo de ésta, Alex Bolen. La nota no especificó la causa del deceso, pero el diseñador había dicho en el pasado que padecía cáncer.

“Aunque nuestros corazones están rotos por la idea de una vida sin Oscar, él sigue estando con nosotros. El trabajo duro de Oscar, su inteligencia y su amor por la vida son el corazón de nuestra empresa”, dijo el comunicado. “Todo lo que hemos hecho, y todo lo que haremos, está influido por sus valores y su espíritu. A través del ejemplo de Oscar sabemos el camino hacia adelante. Haremos que Oscar esté muy orgulloso de nosotros continuando incluso de una forma más fuerte el trabajo que amó tanto”.

El final de la década de 1960 y el comienzo de la siguiente fue un punto de inflexión para la moda estadounidense, cuando varios diseñadores con sede en Nueva York labraron un estilo propio que por fin los europeos tomaron en serio. De la Renta y colegas como Bill Blass, Halston y Geoffrey Beene definieron el estilo americano, y su influencia sigue patente hoy.

La especialidad del ícono dominicano era la ropa de noche, aunque también fue conocido por sus elegantes trajes sastre para el día, favoritos de mujeres que se reunían en el Four Seasons o Le Cirque a la hora del almuerzo. Su moda se caracterizó por las faldas voluminosas, bordados exquisitos y colores vivos.    La primera dama estadounidense, Michelle Obama, luició este mes un traje de De la Renta por primera vez.

El modisto la había criticado varios años antes por no haber vestido de una firma estadounidense en una cena oficial en 2011.    Algunas de las predecesoras de Obama que llevaron trajes del diseñador fueron Laura Bush, que llevó un vestido azul hielo al baile inaugural de 2005, y Hillary Rodham Clinton, que optó por un vestido dorado en 1997.    “Extrañaremos la personalidad cálida y generosa de Oscar, su encanto y su maravilloso talento”, indicó Bush en un comunicado. “Mis hijas y yo tenemos muchos buenos recuerdos de visitas a Oscar, que diseñó nuestra ropa preferida, incluyendo el vestido de boda de Jenna.

Siempre le recordaremos como el hombre que hacía a las mujeres verse y sentirse hermosas”.    En una declaración conjunta, el expresidente Bill Clinton, Hillary Clinton, y Chelsea Clinton y Marc Mezvinsky, dijeron: “El excepcional ojo de Oscar sólo era igualado por su corazón generoso. Su legado filantrópico se extiende desde niños en su país natal que ahora tienen acceso a educación y salud, hasta algunos de los mejores artistas en Nueva York cuya creatividad se ha mantenido gracias a su apoyo”.

De la Renta se hizo un nombre igual de grande en la alfombra roja de Hollywood, con actrices de todas las edades. Penélope Cruz y Sandra Bullock fueron algunas de las celebridades que llevaron sus opulentas y femeninas creaciones. Su ropa incluso apareció en episodios de “Sex and the City”, serie en la que el personaje principal, la fashionista Carrie Bradshaw, comparaba sus diseños con poesía.

Una actriz que llevó un vestido del diseñador a la gala de los Oscar de este año fue Jennifer Gardner.    “El señor De la Renta amaba a las mujeres”, dijo el lunes por la noche secándose las lágrimas. “Y se puede ver en cada diseño que hizo. Honró las características de las mujeres, honró nuestros cuerpos. No temía dar un paso atrás y dejar que la mujer fuese la estrella del look”.

También contaba con una profunda admiración de sus colegas. “Él marcaba la pauta”, dijo el lunes por la noche en su cuenta de Instagram el diseñador Dennis Basso. “Pero sobre todo, era un hombre elegante, refinado”.

El camino de De la Renta a la Séptima Avenida de Nueva York fue uno un tanto improbable: dejó su nativa República Dominicana a los 18 años para estudiar pintura en España pero pronto se desvió al mundo de la moda.

La esposa del embajador de Estados Unidos en España vio algunos de sus bocetos y le pidió que hiciera un vestido para su hija — un vestido que terminó en la portada de la revista Life.    Eso llevó a una pasantía con Cristóbal Balenciaga, y luego De la Renta se mudó a Francia para trabajar para la casa de modas Lanvin. Para 1963, estaba trabajando para Elizabeth Arden en Nueva York y en 1965 lanzó su propia marca.

En el 2004 dijo a la AP que sus raíces hispanas podían percibirse en sus diseños.    “Me gusta el color, la luminosidad. Me gustan las cosas vibrantes”, dijo.    Y aunque De la Renta hizo de Manhattan su casa principal, a menudo visitó la República Dominicana y mantuvo una casa allí. La editora en jefe de Vogue Anna Wintour, una visitante frecuente, ha dicho que viajar con él era como viajar con el presidente.

“Es un superastro”, expresó.    También tenía una casa de campo en el noroeste de Connecticut. La jardinería y el baile estaban entre sus pasatiempos favoritos. “Soy una persona muy inquieta. Siempre estoy hacienda algo.

El proceso creativo nunca para”, dijo.    Como diseñador, De la Renta siempre satisfizo a sus amigas de la alta sociedad y vecinas, pero hizo esfuerzos ocasionales para llegar a las masas, como con el lanzamiento de una línea de precio medio en el 2004 y el desarrollo de una docena o más perfumes. El primero, llamado Oscar, fue presentado en 1977; más recientemente salió Rosamor al mercado.

Fue un ávido patrocinador de las artes, sirviendo como miembro de la junta de la Ópera Metropolitana y el Carnegie Hall, entre otros, y dedicó un tiempo considerable a organizaciones benéficas a favor de los niños, como la New Yorkers for Children. También ayudó a financiar escuelas y guarderías infantiles en su país natal, en La Romana y Punta Cana.

República Dominicana honró a De la Renta con las órdenes al Mérito de Juan Pablo Duarte y de Cristóbal Colón. En Estados Unidos, recibió dos veces el Premio Coty de los Críticos de Moda Estadounidenses, en el 2000 fue nombrado diseñador para damas del año por el Consejo de Diseñadores de Moda de Estados Unidos (que presidió en la década de 1980) y con un premio a la trayectoria de la misma organización.

Además de su propia marca, De la Renta encabezó la colección de Pierre Balmain de 1993 al 2002, marcando la primera vez que un americano diseñaba para una casa de modas francesa. Francia lo homenajeó como Comandante de la Legión de Honor. También recibió la Medalla de Oro de los reyes de España.

De la Renta se retiró como director ejecutivo de su compañía en 2004, cediéndole las labores del negocio a Eliza Reed Bolen y Alex Bolen. Pero se mantuvo activo como diseñador, presentando sus colecciones en la Semana de la Moda de Nueva York.    También deja un hijo adoptivo, Moisés, un diseñador de la compañía.    La primera esposa de De la Renta, la editora de Vogue Francia Francoise de Langlade, murió en 1983.