Cuando Gonzalo Castillo, bautizado cariñosamente como “El penco” fue candidato presidencial por el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) contestando a la pregunta sobre el motivo de su aspiración a la presidencia de la República afirmó que era mejor que el pueblo lo aspirara a él y no que él mismo se aspirara y ahora recordé ese dislate y se me ocurrió que también podrían llamarse “aspiradoras” a los que succionan el dinero del Estado para enriquecerse apoyados en la desgraciada impunidad que ha persistido por décadas en nuestro país, siendo, el mayor número, personajes insertados en el negocio de la política, sin la menor voluntad real de servir al pueblo, sino convertirse en aspiradoras estatales.
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El reciente escándalo con el montón de asesores en instituciones públicas es un ejemplo de indecente continuidad a la práctica clientelista que en el pasado gobierno se denominó “las nominillas” que se pagaban, incluyendo algunos hospitales, con el dinero que aportaban muchos pacientes como “cuotas de recuperación” que nunca se les dio el uso para lo cual fueron falsamente creadas.