Talvez no quiso decirlo de esa manera o, simplemente, lo traicionó el subconsciente, ese diablillo interior siempre al acecho del menor descuido para hacernos revelar nuestras verdades secretas. Pero lo dicho dicho está y hay que atenerse a las consecuencias, entre las cuales puede estar acelerar la salida del PLD de dirigentes y militantes que todavía se aferran a sus siglas.

Según el expresidente Danilo Medina, quien el pasado fin de semana participó en un encuentro en San Cristóbal, la vida del PLD está íntimamente ligada a su candidato presidencial Abel Martínez, de tal modo que si a este le va mal le va mal al partido. “Ustedes no pueden permitir que no quede en el primero o en el segundo, porque si queda fuera de esos dos lugares la propia vida del PLD está amenazada”.

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Según la encuesta Gallup-RCC Media, si las elecciones fueran hoy se cumpliría esa advertencia pues el presidente Luis Abinader obtendría el 55.2% de los votos, lo que haría innecesaria una segunda vuelta, en tanto la FUPU y el expresidente Leonel Fernández obtendrían un 27.4%, y el candidato del PLD Abel Martínez un 13.4%.

Esos no tienen que ser, por supuesto, los resultados que reciba el país tras el proceso de mayo próximo, pero que un candidato sin propuestas ni discurso, que no ha podido impactar en el electorado, se encuentre tan distante faltando tan poco tiempo para las elecciones no augura nada bueno. Tampoco es bueno para ese candidato que ahora, cuando ya no hay marcha atrás, se le ponga a cargar una cruz tan pesada como sería la vergonzosa derrota que se ve venir y lo que eso significará para el PLD según el expresidente Medina.

Quien debería ser honesto y reconocer que ese partido ha llegado donde está bajo su conducción y liderazgo, que algunos califican de autocrático, por lo que no hay forma de eludir la gran responsabilidad que le toca cuando llegue el momento de repartir culpas por la debacle electoral hacia la que conduce al partido fundado por Juan Bosch.