Invisibles para el ojo humano, bacterias mortales pueden convertirse en obras de arte como demuestra el museo de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC), la agencia estadounidense encargada de investigar y combatir desde el ébola a la gripe común.
El museo, que resalta el valor de la salud pública a través de la prevención, presenta “El Mundo de lo Invisible- Intersecciones entre el Arte y la Ciencia”, muestra que explora lo que el ser humano es incapaz de percibir a simple vista pero podría matarnos y la forma en que se interactúa con esta realidad.
Ese mundo microscópico de células y bacterias, dice a Efe Judy Gantt, directora del Museo David J. Sencer de los CDC, se reúne en la obra de diez artistas de Estados Unidos, Canadá y el Reino Unido, quienes interpretan a su manera este delicado mundo invisible y “exploran la ciencia como inspiración para sus obras».
Elementos de la biología, la microbiología y el mundo microscópico se transforman en esculturas y pinturas, videos, secuencias fotográficas o propuestas menos tradicionales con técnicas en las que algunos artistas usaron las propias bacterias y virus. Por ejemplo, en “Collisions” (Colisiones), la artista Amie Esslinger, natural de Atlanta (Georgia), donde están las sedes de los CDC y del museo, utiliza papel, aluminio, madera, sílice o incluso pestañas postizas para recrear un mundo microscópico con claras referencias al pintor austríaco Gustav Klimt.
La exposición, abierta hasta el 30 de agosto, es la última novedad de este museo afiliado a la red del Smithsonian y que en otra de las plantas de su amplio edificio documenta la devastadora gripe “española” de 1918.