El futuro de la agricultura dominicana requiere diversificación y exportación, por lo cual desde el Banco Agrícola se enfocan en apoyar a productos no tradicionales, entre estos la uva de mesa, la frambuesa y arándanos con cerca de RD$110 millones.

El administrador del Banco Agrícola, Fernando Durán, explicó que en colaboración con el sector privado, fomentarán el crecimiento del cultivo de uva en zonas como San Juan de la Maguana. «Hemos decidido apoyar a 20 pequeños productores de una hectárea de uva cada uno, lo que representa una inversión de entre 40 y 60 millones de pesos», indicó.

El banco está explorando otros productos agrícolas no tradicionales, que podrían tener un alto potencial de exportación y que pueden transformar la agricultura dominicana y aumentar su competitividad en el exterior.

Cada tarea de uva requiere una inversión inicial de alrededor de 200 a 250 mil pesos, debido al costo del material genético y la infraestructura necesaria, como los emparrados metálicos. Sin embargo, una vez establecida la plantación, pueden producir durante 15 o 20 años con un mantenimiento adecuado.

Explicó que en las regiones del noroeste y sur del país, como San Juan de la Maguana, se destacan por contar con condiciones ideales para este cultivo, debido a su clima seco y la disponibilidad de agua.

“Esta estrategia no solo podría poner fin a la necesidad de importar alrededor de 35 a 40 millones de dólares en uvas cada año, sino que también posiciona a la República Dominicana como un potencial exportador significativo», aseguró al participar como invitado en el Encuentro Económico de HOY junto a Solangy Mejía, directora de servicios de la entidad.

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En particular, la zona de Guayubín, Montecristi, es un referente de éxito, con un productor privado que ha establecido unas 200 tareas sembradas con uvas de calidad excepcional. Según los técnicos internacionales, la calidad de la uva dominicana podría superar a la de otros países productores establecidos.

En otro orden, Durán indicó que la frambuesa y el arándano se perfilan como dos productos claves en la estrategia de diversificación y crecimiento del agro en el país. Dijo que el Banco Agrícola ya ha destinado alrededor de 50 millones de pesos para financiar proyectos de frambuesa y arándano en Constanza permitiendo que los agricultores locales se sumen a esta tendencia mundial de alimentos saludables y funcionales.

A diferencia de otros cultivos que requieren años para su desarrollo, la frambuesa es una opción rentable debido a su rápido ciclo de producción. En el caso del arándano, aunque su crecimiento es más lento, su alto valor en el mercado lo convierte en una inversión estratégica para los productores.