“Aunque la visión tardará aún por un tiempo, mas al fin hablará, y no mentirá: aunque se tardare, espéralo, que sin duda vendrá; no tardará.” Habacuc 2:3.
En esta porción bíblica vemos cómo el Señor le dice a Habacuc que se cumplirá lo que le ha mostrado, más hay una condición, esperar, eso que tanto desespera y que en muchos casos suele ser hasta desagradable. A todos nos encantaría tener una vara mágica para hacer realidad las cosas que queremos, sin embargo, Dios no funciona así, porque lo que es tarde para alguien puede ser temprano para Él.
Su reloj marca a la perfección cada salto, pues sus agujas no dependen de carga, sino de quien no conoce la falla, mucho menos el error; el Gran Yo Soy. Él sabe cómo sacarle provecho a cada segundo. Es por eso que los que son dirigidos por su Espíritu no se detienen a observar cuándo y cómo llega la promesa, más bien, se preparan para el cumplimiento de ella, y cuando al fin toca la puerta pueden disfrutar de sus bondades, al mismo tiempo de todo lo que sembraron mientras llegaba. Esa será siempre la intención de Dios, darte una doble porción, bendecirte al máximo y en todas las áreas.
El ejemplo fiel de esto lo ha dado el ser más grande que ha tenido la humanidad, Jesucristo, quien siendo Dios pudo evitarse muchas situaciones antes de cumplir su mayor propósito, ir a la cruz. Mientras Cristo esperaba muchas personas fueron sanadas y libertadas. La biblia nos muestra que todo el que tuvo un encuentro con Él no volvió a ser el mismo, porque cada parada en el reloj del Padre tenía un sentido y era llevar bendición mientras le llegaba la hora. Su obediencia en el proceso hizo que el Padre estuviera complacido, a tal punto que después de cumplir su misión en la tierra lo elevó a lo máximo. “Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra.” Filipenses 2:9-10.
Dios no quiere entregarte nada que no cargue su gloria. Él no desea para ti cosas vacías que carezcan de propósito y sentido. Es por eso que hoy te dice: espera. Creer en la espera es lo mismo que creer en el proceso. Mientras lo haces Él te forma, te da carácter y te fortalece para así convertirte en una vasija especial, esa que ha tomado un tiempo formarla pero que casi está lista para recibir todo el depósito que será vertido en ella. Vasija fuerte, sin huecos que puedan derramar lo que tanto le costó esperar. Vasija de honra, capaz de bendecir su entorno con lo que le fue depositado.
Oro, para que mientras llega la promesa el Señor te fortalezca en la espera. También, para que aproveches cada segundo de tu vida en las cosas que estén alineadas al propósito que Dios ha diseñado para ti.
Dios te bendiga.
Dios te guarde.