“Y me dijo Jehová: No digas: Soy un niño; porque a todo lo que te envíe irás tú, y dirás todo lo que te mande. No temas delante de ellos, porque contigo estoy para librarte, dice Jehová”. Jeremías 1:7-9.
La biblia está repleta de personas que presentaron sus debilidades, que dudaron y tuvieron temor ante las órdenes de Dios. Vemos el caso de Moisés que le dijo al Señor que no sabía hablar. Gedeón que era el menor de su casa, le dice: ¿con qué fuerza?
Dios le dice a Jeremías en varias ocasiones: no temas, porque yo estoy contigo para librarte. A Josué: no temas no desmayes. A Gedeón le dijo: ¿no te envío yo? Lo interesante de todo esto, es que Josué, Moisés, Gedeón y Jeremías con todo y sus debilidades avanzaron hasta cumplir el propósito de Dios.
Si Dios te escogió para algo, es porque Él sabe que puedes lograrlo. No digas que no puedes. Camina por encima de tu debilidad, vuela sobre la tempestad y enfócate en tu potencial.
Desde que Jeremías era un embrión fue escogido, santificado y con un oficio definido, el ser profeta a las naciones. Dios sabía de ante mano para qué lo utilizaría. Al igual que a Jeremías, Dios te formó desde el vientre de tu madre y de ahí sales con todo incluido. Sales con un destino, con un propósito y con lo necesario para cumplir con tu asignación. Por tanto, eres: escogido, santificado y con una tarea definida.
Tu diseño es único y exclusivo. Así como los ingenieros químicos hacen combinaciones de sustancias para obtener un producto, así nuestro Creador tiene sus combinaciones. Él ha depositado en ti su esencia, por eso, debes caminar consciente de que hay algo de Dios en ti. Te podrás apartar de Dios, pero El nunca se apartará de ti.
Cada año es una continuidad del plan de Dios en tu vida. Cada año que pasa es una lección. No cometas el error de medir el éxito de tus años pasados por las cosas y metas materiales que has tenido, mídelos por lo que has logrado en Dios.
El paso del tiempo es inevitable, no somos quien para detenerlo. Procura que tu espíritu, tu fe, tu fidelidad, tu nivel de santidad, tu primer amor no se desgaste y llévalos hacia las profundidades en Dios.
Nunca olvides, que como las águilas debes construir tu nido sobre la Roca, que es Cristo e ir hacia las profundidades en Él. Cualquier seguridad o refugio fuera de Él es falso y efímero. Guárdate en Cristo y cubre tu nido de material repelente que espanten los parásitos del infierno que quieran dañar y contaminar tu nido, que es tu relación con Dios y hacerte abortar tu propósito.
Avanza, avanza y dale continuidad al depósito que Dios puso en ti. No te detengas, camina por encima de tus debilidades. Por encima de las dificultades, por encima de las tribulaciones, vuela por encima de la tormenta eres águila, por tanto, estas diseñado para las alturas y las profundidades.
Dios te guarde.
Dios te bendiga.