La berenjena es una planta originaria de las zonas tropicales y subtropicales asiáticas. Es herbácea, aunque sus tallos presentan tejidos lignificados que le dan un aspecto arbustivo y anual.
Cuando hablamos de cocinar con berenjena, podemos encontrar un mundo de platos populares, representativos de algunas regiones del mundo. A continuación algunas recomendaciones de cómo aprovechar mejor la berenjena.
Formas de cocinar con berenjena
¡A rellenar!: para este propósito lo mejor es usar las berenjenas más grandes y largas que puedas encontrar, así vas a tener mucho más espacio para llenarlas con tus ingredientes favoritos.
Un buen queso gratinado siempre es una buena idea para darle ese toque final y que se derrita en el horno.
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Berenjenas asadas: una opción fabulosa para un asado vegetariano es llevarla a la parrilla por unos minutos.
Salteadas: una de las formas más populares de cocinar con berenjena es cortarla en cubos o rodajas y llevarla a la sartén.
Al horno: no es necesario que la rellenes o que busques una muy grande para aprovechar el horno. La berenjena al horno tiene una textura muy buena y sabor delicioso.
Usa el microondas: sácale provecho a este electrodoméstico para cocinar, no únicamente para recalentar platos y otras comidas.
Cómo evitar ese sabor amargo
Una de las características más conocidas de la berenjena es su sabor amargo. Por eso, si quieres cocinarla, es muy importante que aprendas y sepas cómo evitar que tus platos queden con ese toque amargo.
Existen diversas formas de hacerlo. Esta es una técnica de la cocina que se llama desflemar, que consiste en reducir el sabor o característica de algún alimento o ingrediente. En este caso, vamos a reducir el amargor de la berenjena.
El consejo de la sal: nuestra primera recomendación puede ser el consejo más conocido por todos. Se trata de usar sal. Puede ser de cualquier tipo, pero te recomendamos la sal gruesa.. Es muy sencillo: simplemente córtala pensando en la receta que quieras preparar, échale sal en la pulpa y déjala en reserva por 20 minutos. Al final lávala para limpiar la sal y estará lista para ese platillo que tienes en mente.
Con agua, leche y sal: la segunda opción es mucho más fácil si cortas la berenjena en cubos o rodajas, o si se trata de una pequeña, ya que es necesario dejarla remojando en agua con un poco de leche y sal. Déjala sumergida por 30 minutos. Luego límpiala y cocínala.
Con agua, harina y sal: en pocas palabras, es la misma idea de la técnica anterior, solo que tienes que reemplazar la leche por un poco de harina.
Propiedades de las berenjenas
La berenjena está compuesta principalmente por agua (92,6%). Esto, sumado a sus escasas grasas, la hace muy ligera.
La fibra es, aparte del agua, el principal componente de la berenjena. De tipo soluble, favorece el buen estado de la flora bacteriana y disminuye la consistencia de las heces, lo que ayuda a su eliminación
En cuanto a sus micronutrientes, destaca principalmente su aporte en potasio (240 mg/100 g) y ácido fólico (13 mcg). También es rica en vitamina B6, vitamina B1 y magnesio. Como refleja su color morado, la berenjena también contiene antocianinas, de acción antioxidante.
Las propiedades más valiosas de la berenjena no son debidas a su riqueza en vitaminas y minerales, sino a compuestos químicos específicos que se hallan sobre todo en la piel y las semillas. Estas sustancias (de sabor amargo) estimulan el buen funcionamiento del hígado y el vaciamiento de la vesícula biliar.
¿Cuántas calorías tiene un berenjena?
Por cada 100 gramos de berenjena, encontramos:
- Calorías: 21 kcal
- Proteínas: 1,2 g
- Grasas: 0,2 g
- Hidratos de carbono: 2,6 g
- Fibra: 1,3
Con información de recetas Nestlé y Cuerpo Mente.