Biografía de Buenaventura Báez ofrece fotos inéditas personajes

Biografía de Buenaventura Báez ofrece fotos inéditas personajes

La nueva biografía de Buenaventura Báez escrita por José Báez Guerrero, disponible al público en las mejores librerías del país, trae en sus casi 800 páginas varias fotos inéditas de personajes cuyo rostro era hasta ahora desconocido para la gran mayoría de los dominicanos.

Entre las imágenes están la del primer cónsul español en Santo Domingo, Andrés María Segovia, del cónsul francés en Puerto Príncipe Maxime Raybaud, de la erudita norteamericana Julia Ward Howe y del político y funcionario santanista Miguel Lavastida. También trae fotos inéditas de hijos de Báez tomadas alrededor de 1873 en Francia, donde estudiaban, entre otras imágenes.

Báez Guerrero, laureado en 2009 con el Premio Nacional de Historia por su biografía del presidente Guzmán, cedió a Hoy copias de algunas de las fotos y grabados publicadas en su biografía del general Báez, quien fuera cinco veces presidente de la República Dominicana.

“Este nuevo libro resulta de una ardua investigación que me tomó más de veinte años y tiene un trabajo de crítica histórica, para poner en contexto la vida y circunstancias de Buenaventura Báez”, dijo el autor.

Báez Guerrero explicó que incluye “revelaciones inéditas o poco conocidas que podrían cambiar algunas convenciones sobre la historia dominicana”. En la solapa del libro se lee que “los retratos que dejaron quienes conocieron a Buenaventura Báez permiten apreciar cuán grande deformación de su figura ha resultado de las versiones maliciosas de sus enemigos políticos”.

No sólo esposa

Julia Ward Howe (1819-1910) defendió ardorosamente la honestidad personal e integridad política de Buenaventura Báez y una descripción que hizo de él es usualmente citada por historiadores dominicanos sin explicar quién fue ella.

La señora Howe fue una prominente activista social de los Estados Unidos, abolicionista, poeta y autora del “Himno de Batalla de la República”, que desde su publicación en medio de la Guerra Civil ha sido de las canciones más populares. Erudita de origen privilegiado, compartió con algunos de los más brillantes escritores de su época, como Charles Dickens, y políticos como el presidente Lincoln, quien la invitó a la Casa Blanca. Publicó elogiados ensayos sobre Goethe, Schiller y Lamartine, libros de poesía intimista y obras de teatro. Presidió sociedades a favor de los derechos de las mujeres, especialmente al voto. En 1908, fue la primera mujer elegida miembro de la Academia Estadounidense de Artes y Letras. Sus hijos publicaron en 1916 una biografía galardonada con el Premio Pulitzer. Fue la principal promotora de la fijación de un “Día de las Madres” en los Estados Unidos.

Aparte de brillar con luz propia, fue la esposa del filántropo bostoniano Samuel Gridley Howe, un médico integrante de la comisión congresual enviada al país en 1871 cuando era conocido por el Senado en Washington el proyecto de anexión de Santo Domingo a los Estados Unidos.

El cónsul de Francia

Maxime Raybaud (1816-1885) fue un astuto agente diplomático francés que a mediados del siglo XIX llegó a ser una de las personas más influyentes en la isla de Santo Domingo. Tras su estada en Haití y Santo Domingo, prosiguió su carrera burocrática en el Ministerio de Relaciones Exteriores en Francia, desde donde varias veces debió ocuparse de cuestiones dominicanas. Raybaud escribió numerosas crónicas periodísticas para varias publicaciones europeas, especialmente la “Revista de Dos Mundos” de París, una de las más prestigiosas e influyentes de la época. Usaba el pseudónimo Gustave D’Alaux. Su serie sobre el reinado de Soulouque fue publicada en forma de libro. Posteriormente se desacreditó al convertirse en un agente del gobierno haitiano.

Su imagen es una caricatura inédita hecha por el famoso fotógrafo y artista parisino Tournachon para la “Revista de Dos Mundos” e identificada por su pseudónimo D’Alaux.

El autor de la “Matrícula”

Al cónsul español Antonio María Segovia (1808-1874) se le recuerda como autor de la famosa inscripción de dominicanos como ciudadanos de España durante el segundo gobierno de Santana en 1854, cuyo fracaso trajo de vuelta a Báez para su segunda presidencia. Pero Segovia fue mucho más que sólo un cónsul vilipendiado por historiadores dominicanos.

Abandonó joven la milicia para dedicarse a la literatura y el periodismo. Escribió y tradujo del francés obras teatrales, presentadas con éxito en Madrid; hizo poesía pero su fuerte fue el periodismo político, de estilo incisivo y polémico. Desde 1845 –antes de llegar a Santo Domingo- fue miembro de la Real Academia Española y fue elegido secretario en 1873. También fue numerario de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. En 1855 llegó a Santo Domingo como primer cónsul de España en el país. Un dibujo de su rostro fue publicado en primera página por diarios madrileños al ser escogido secretario de la Academia de la Lengua.

El ministro Lavastida

Miguel Lavastida ocupó casi todos los cargos ministeriales bajo los gobiernos de Santana durante la primera república. Se destacó como ministro de Hacienda y fue uno de los más eficientes y honestos políticos dominicanos de la segunda mitad del siglo XIX. Nunca fue baecista sino adversario de los “rojos” pese a que al final de su carrera Santana le desconsideró al desterrar a parte de su familia sin causa justificada, según explica en detalle la biografía de Báez.

Una hija suya, Dolores, casó en Curaçao con Damián, el hermano predilecto de Báez, y entre sus hijos estuvo Buenaventura Báez Lavastida, médico residente en Santiago quien fue bisabuelo de Báez Guerrero. La foto inédita procede de un álbum familiar y su original fue donado hace meses al Archivo General de la Nación junto con otras fotografías inéditas de ascendientes de Báez Guerrero, entre ellas la única foto conocida y hasta ahora inédita de la esposa de Tomás Bobadilla y Briones, la señora francesa María Virginia Desmier D‘Olbreuse.

Báez: un gran desconocido

Báez Guerrero destacó que “pese a que fue cinco veces presidente la proceridad de Báez es desconocida por muchos dominicanos”.

“Fue sucesivamente alcalde de Azua, diputado ante el Congreso de Haití al final de la ocupación, constituyente de la asamblea haitiana 1843, jefe de una de las conspiraciones para la separación de Haití, firmante del manifiesto del 16 de enero de 1844 que fue el acta de independencia, comandante de armas de Azua, coronel fundador de la caballería del ejército dominicano, constituyente co-autor de la Constitución Dominicana de 1844 y líder de la oposición al nefasto artículo 210, primer presidente del Congreso Nacional y primer embajador dominicano (cuya misión a Europa financió de su propio bolsillo)”, dijo Báez Guerrero.

Las casi 800 páginas del libro están divididas en doce capítulos con detalles de los orígenes familiares de Báez, su educación en Europa, sus inicios en la política bajo la ocupación haitiana, sus aportes a la separación de Haití, su papel como constituyente y primer presidente del Congreso, sus gestiones diplomáticas, sus contribuciones militares, su política económica y monetaria, su rol en la Guerra de la Restauración y el posterior intento de anexión a los Estados Unidos y su retiro de la política tras cinco veces como presidente.

Igualmente, hay un capítulo titulado “Tríada de la Mala Prensa” en el que Báez Guerrero analiza cómo las opiniones de Gregorio Luperón, José Gabriel García y Manuel Rodríguez Objío, han influido en la idea prevaleciente acerca del presidente Báez.

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