Un hospital en la ciudad iraquí de Faluya, controlada por los milicianos de Estado Islámico (EI), ha sido impactado en los bombardeos del gobierno, según varios reportes.
La noticia se produce un día después de que el nuevo primer ministro, Haider al-Abadi, ordenara a las fuerzas armadas iraquíes que dejaran de bombardear áreas habitadas por civiles en las zonas controladas por EI para evitar la muerte de inocentes.
Una fuente oficial médica en Faluya le dijo a la BBC que un empleado había resultado gravemente herido.
Abadi está intentando recuperar la confianza de la minoría suní en Irak, que se siente victimizada por su predecesor, Nuri al-Maliki.