Vista parcial de destrozos dejados por los manifestantes en el patio del Palacio de Planalto, en Brasilia.
La policía desmanteló un campamento pro-Bolsonaro frente a un edificio militar y detuvo a unas 1,200 personas allí, informó la oficina de prensa del Ministerio de Justicia
Las autoridades brasileñas prometieron proteger la democracia y el lunes se preparaban para imponer castigos después de que miles de partidarios del expresidente Jair Bolsonaro asaltaron el Congreso, el Supremo Tribunal Federal y el palacio presidencial y causaran destrozos en las principales sedes de poder del país.
Los manifestantes del domingo reclamaban una intervención militar que reinstaure al ultraderechista Bolsonaro en el poder o expulse al presidente izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva, recién instalado en el cargo, en escenas de caos y destrucción que recordaban a la insurrección del 6 de enero de 2021 en el Capitolio de EEUU.
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La policía desmanteló un campamento pro-Bolsonaro frente a un edificio militar el lunes y detuvo a unas 1,200 personas allí, informó la oficina de prensa del Ministerio de Justicia a The Associated Press.
Reacción de las mayores autoridades de Brasil
Lula y los jefes del Tribunal Supremo, el Senado y la Cámara Baja también firmaron una carta el lunes denunciando actos de terrorismo y vandalismo y diciendo que estaban tomando medidas legales.
Alborotadores vestidos con los colores verde y amarillo de la bandera nacional rompieron ventanas, derribaron muebles y arrojaron computadoras e impresoras al suelo. Agujerearon en cinco puntos un enorme cuadro de Emiliano Di Cavalcanti, volcaron la mesa con forma de U donde se reúnen los jueces del Supremo Tribunal Federal, arrancaron la puerta del despacho de un juez y vandalizaron una emblemática estatua ante la corte. Los interiores de los edificios monumentales quedaron en estado de ruina.
En una conferencia de prensa el domingo por la noche, el ministro de relaciones institucionales dijo que se inspeccionarían los edificios para buscar pruebas como huellas dactilares e imágenes para que la gente rindiera cuentas, y señaló que los alborotadores al parecer pretendían emprender acciones similares en todo el país.