Washington.- La Asamblea estatal de California (EEUU) votó ayer a favor de una medida que, si sale adelante, obligará a todos los baños públicos unipersonales del estado a no distinguir entre sexos, en un momento en el que se ha generado gran polémica en torno a esta cuestión en todo el país. La medida, que fue aprobada por 52 votos a favor y 18 en contra, se ciñe a los baños unipersonales, es decir, aquellos que no admiten más de un usuario al mismo tiempo y muy comunes en por ejemplo bares y restaurantes, quedando exentos los baños multipersonales que se encuentran habitualmente en superficies comerciales o gimnasios.
Una vez aprobada en la Asamblea, el proyecto de ley se trasladará ahora al Senado y, en caso se ser también confirmado, pasará al despacho del gobernador de California, el demócrata Jerry Brown, quien procedería a su ratificación.
Al estar todas estas instituciones en California en manos del Partido Demócrata, que es el que ha propuesto la medida, es previsible que la ley salga adelante.
Si llega a ser aprobada, el estado más poblado de EE.UU., con 39 millones de habitantes, obligará a todos los bares, restaurantes y otros negocios que tengan baños públicos unipersonales a rotularlos con el “género neutro” para “ayudar a la gente transgénero, los padres con hijos de otro sexo y los adultos que cuiden de mayores”, según el texto aprobado. Además de los locales privados, la ley también afectará a todos los edificios gubernamentales, y los encargados de comprobar que se aplica serán los inspectores responsables de garantizar que se cumple el código de edificación.
Precisamente hoy, el Gobierno de EE.UU. presentó una demanda contra Carolina del Norte y su gobernador, el republicano Pat McCrory, por una ley de ese estado contra los transexuales que obliga a usar los baños públicos de acuerdo con el sexo indicado en el certificado de nacimiento. La acción del Departamento de Justicia busca evitar que se pueda aplicar la ley y se produjo horas después de que el gobernador McCrory interpusiera, a su vez, una demanda contra el Gobierno federal en la que asegura que la norma “no es discriminatoria”.
La norma de Carolina del Norte restringe en varios campos la autoridad de los municipios para legislar contra la discriminación por orientación sexual, pero el aspecto que ha logrado mayor relevancia es la idea de que los empleados de una compañía deben de ir al baño que coincida con su sexo original.