Calles y avenidas
Julio César Matías (Pololo), el humorista

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Ahí era “Felipito”, un muchacho rural ataviado con pantalones “saltacharcos” “arremangados” y  sombrerito de cana, y que hablaba con la i del cibaeño. “Ciriaca era entonces su “toimento”. Era el año 1958 y con esa actuación se inició la carrera en el arte de Julio César Matías Ramírez, quien  no salió jamás de la radio y la televisión, encarnando personajes tan divertidos que hasta cuando representaba alguno “en serio” el público reía.

Fue querido por el pueblo a tal grado que hay tres calles de Santo Domingo con su nombre, aunque solo una fue designada por resolución municipal. Las demás son un tributo espontáneo de los moradores de los sectores que ostentan la denominación.

Pese a tantos años haciendo humor, participando en telenovelas, radionovelas y cine, de Julio César Matías, mejor recordado por “Pololo”, hay poca información. Más fácil se encuentra en Internet una comedia suya, se escuchan las frases que inmortalizó o se aprecian imitaciones de sus gestos, que un dato biográfico. Vive en el recuerdo de sus familiares, admiradores, amigos. Pero tras su muerte repentina, la familia quedó prácticamente en el desamparo. El presidente Balaguer asignó una pensión a la viuda que le fue suspendida en el  presente Gobierno.

Damaris Polanco levantó sola, con grandes sacrificios y esfuerzos, a los dos hijos que procrearon.

Gracias a ella y a los primeros hijos de Matías, fue posible conocer un poco la historia personal de este maestro de la risa, genio de la imitación, gran humorista que arrancaba carcajadas el ver tan solo su rostro, que reflejaba una alegría innata. El gozo reverberó en su cara hasta cuando, en medio de una declamación personificando a “El poeta” en el programa “De noche”, le sorprendió el dolor que presagió su muerte, acaecida al día siguiente. No detuvo el verso satírico que escenificaba pero, al concluirlo, le llevaron a una clínica y la última imagen que vio el país fue la de un Pololo que sonreía en una camilla camino a Cuidados Intensivos, graficando con sus dedos la V de una victoria que no fue tal. Era el 29 de diciembre de 1986.

El día 30 fue interrumpido Anthony Ríos mientras interpretaba una balada en “El show del mediodía” para anunciar el triste deceso que invadió de tristeza a los televidentes. En ese programa habían derrotado la amargura reventando de la risa justamente con Matías, que dirigió durante años el “Cuadro de comedias” de ese espacio en todos los canales en que fue difundido.

“Kazán el cazador”.   Julio César nació en Jarabacoa el 19 de mayo de 1934, hijo de Rafael Matías y Arcalinda Ramírez. Luego de graduado bachiller cursó la carrera de agrimensor técnico que ejerció largos años.

El 24 de marzo de 1956 casó con Ligelia Ruiz Guigni y, en un momento en que quedó desempleado, ya con su primer hijo, vio una comedia en la televisión y dijo: “Ah, pero eso lo hago yo”.

Lo probaron y contrataron inmediatamente, cuenta su hija Aimeé. Ya se había iniciado como locutor de radio a los 16 años y estudiado arte dramático en Bellas Artes, donde recibió diploma que lo acreditaba como “Actor clase A”.

De su primer matrimonio son sus hijos: Julio César, Eddie, Kenia, Aimeé y Dante. Enviudó y casó en 1981 con Damaris Polanco, madre de sus dos hijos más pequeños: Julissa Aimeé y César Augusto. La cantidad de nietos de los ya casados, es incontable.

El multifacético artista trabajó, además de en los programas citados, en “Cosas de mi tierra”, “Cecilia y Solano”, “El calientísimo del 9”, “La familia Sinforosa”, “El show del 4”, en los que fue creador de palabras y frases que adoptaron sus seguidores, como “Báciga”,  “Ah, no, yo no sé no”; “¿A quién?”; “¿Y e’ fácil?”, entre otras. También trabajó en la película  “Caña Brava”, con Javier Solís, y fue famoso en la radionovela “Kazán el cazador, Amo de la selva”, del escritor de aventuras cubano Armando Couto, autor también de “Los tres Villalobos”.

 Asimismo fue “Mi loco”, “Don Tavitín”, “Sinforoso”, “Manolito”, el coronel Talleyrand (con Napoleón Bonaparte representado por Freddy Beras) y muchos otros del pueblo para “La esquina imaginaria” de “El Show del Mediodía”.

Damaris confiesa que “Pololo” dejó a su descendencia el ejemplo de su honestidad, y lo recuerda amoroso y tierno. Así se muestra en fotos familiares que ella conserva. “Era excelente padre que se empeñó en mantener juntos a todos sus  hijos”.

Vivió para su familia”.   “Mi padre era muy tímido y muy estricto al mismo tiempo. Era el más dulce y amoroso que alguien pueda tener; un ser humano maravilloso. Nos dejó el camino marcado para continuar en la vida. Dios nos premió y no nos queda más que quedar eternamente agradecidos”, declaró Aimeé Matías Ruiz de Burgos.

Zoom

La calle

El 13 de agosto de 2002 el regidor Gregory Caimares solicitó que una calle de Santo Domingo llevara el nombre del popular comediante. El Ayuntamiento ordenó dar cumplimiento a la petición pero la resolución no especifica la calle a seleccionar. El genial actor es recordado por tres vías a su memoria. Están en los barrios “Francisco del Rosario Sánchez”, “Villa Carmen” y “Los Frailes”.

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