Hasta hace unos pocos años, el nombre de Mónica Boyar era desconocido en el país, pese a ser una dominicana que descolló en diversas disciplinas artísticas a un muy alto nivel internacional. No fue hasta 2005 cuando el acucioso historiador dominicano del merengue Américo Mejía «la descubrió» en los Estados Unidos, estudiando y profundizando sobre su brillante trayectoria en el plano mundial.
Todo empezó el 20 de diciembre de 1920 en Mao, Valverde, cuando nació Argentina Mercedes González Morel, hija del fotógrafo Pablo González Valerio (n. 1896) y Juanita Morel. Sus abuelos paternos lo fueron Francisco Antonio González (n. 1862), heladero, y Mercedes Valerio (n. 1869).
Sus primeros años transcurrieron en la ciudad de los bellos atardeceres, pero por alguna razón que desconocemos, en 1929 sus padres emigraron a Nueva York llevándose a su hija.
Ya en 1930, un censo los registra viviendo en el distrito 0751-1000 de Manhattan, New York.
Allí, Argentina Mercedes se integró a la escuela que le correspondía. A los 12 años, por sus condiciones excepcionales para el canto, fue seleccionada entre miles de niños para formar parte del coro del Metropolitan Opera House.
En 1939 se llevó a cabo una feria internacional en New York en la que participó República Dominicana. En ella debutó nuestra Argentina Mercedes, cantando por primera vez un merengue en la Gran Manzana con un traje típico de nuestra nación.
En 1940 y a sugerencia de unos productores de Miami, cambió su nombre a uno «más artístico»: Mónica Boyar.
Así dio inicio su carrera de diva internacional, cantando en lugares como el Hotel Waldorf Astoria de New York, el cabaret Lido de París y El Tropicana de La Habana, Cuba.
Sus condiciones para el canto eran excepcionales. Llegó a cantar en siete idiomas y cuatro dialectos. Fue invitada a cantar ante el príncipe Rainiero de Mónaco, la reina Beatriz de Holanda y la reina Isabel de Inglaterra.
En Nueva York realizó más de cien presentaciones de la obra «Verano y humo» del famoso escritor Tennessee Williams. En televisión actuó en series tales como «Studio one» y «Mister Peepers».
Su primer matrimonio fue con Federico Horacio Henríquez Vásquez (1921-1949), conocido como Gugú, hijo de Enriquillo Henríquez García y Estela Vásquez Gautier, quien desembarcó en 1949 en la playa de Luperón, Puerto Plata. Su esposo fue arrestado y ejecutado por el régimen de Trujillo. Su condición de viuda de un personaje de esa magnitud la convirtió en «desafecta» de la dictadura. Esta es la razón por la cual en las décadas de 1940 y 1950, años de su mayor esplendor, en el país no se le conociese.
En Hollywood, California, casó en 1950 con el actor Leslie Nilsen, quien más tarde se haría famoso por su película «¿Dónde está el piloto?». El matrimonio duró unos cinco años.
En marzo de 1958 se casó con el comediante Lee Tully, posteriormente se divorciaron. Con ninguno de sus esposos dejó descendencia.
Otras actividades de este polifacético talento lo fue la pintura y el diseño de modas. Llegó a hacer diseños por pedido para las grandes luminarias de Hollywood. Su apartamento de New York era frecuentado por artistas tales como Marlon Brando y María Montez.
Falleció olvidada el 2 de octubre de 2013 en la ciudad de Las Vegas, Nevada, Estados Unidos.
Instituto Dominicano de Genealogía