Carlo Scarpa (1906 – 1976) fue un arquitecto veneciano que revolucionó la forma de hacer y pensar la arquitectura y el arte. En su vida concibió y diseño todo, desde espacios museísticos hasta exposiciones, pabellones, casas particulares, edificios públicos, diseño de interiores, objetos de design, etc. Scarpa era sumamente atento a la solución de los detalles arquitectónicos y siempre estaba en busca de la belleza y la poesía y se lo transmitió a sus alumnos. Fue profesor y luego rector del Istituto Universitario di Architettura di Venezia (IUAV). Fascinado por la arquitectura de Frank Lloyd Wright y la cultura japonesa, a lo largo de los años implementó su propio estilo particular, jugando hábilmente con la luz, los volúmenes, los vacíos, los detalles y los materiales.
Durante su vida, Carlo Scarpa realizó una gran variedad de obras arquitectónicas no solo en el área de Venecia, sino en otras partes del mundo. Es difícil describir en pocas líneas la destreza, el arte, la poesía y la magia de sus obras, de sus dibujos y escritos. Scarpa puede considerarse un arquitecto artesano que desarrolló un estilo personal caracterizado por un uso magistral de los materiales como la piedra, la madera, el ladrillo y el vidrio.
Es difícil no sentir admiración e interés delante de sus obras, incluso para quien no ha estudiado arquitectura, visitando sus museos, sus jardines, sus casas, los interiores etc., se respira una sensación de belleza y armonía única.
En un primer periodo, la atención de Scarpa se interesa en experiencias que se entrelazan en el campo de las artes figurativas, y en particular en la cultura figurativa oriental y japonesa. Scarpa encuentra inspiración arquitectónica en la obra de Frank Lloyd Wright, el maestro que renovó los lenguajes arquitectónicos y figurativos. En esos años Bruno Zevi públicó su libro “Arquitectura Orgánica”. La obra de Scarpa se destaca por su originalidad y se diferencia radicalmente de otros arquitectos que intentaron imitar a Wright. Entre las obras de este primer periodo recordamos la renovación de (universidad) Ca’ Foscari (1935-37) y la reorganización del Aula Magna (1954-56) en Venecia, Tumba de la familia Capovilla (1943-44) en el cementerio de San Michele en Venecia, Banca Católica del Veneto (1947-48) en Tarvisio Udine, Casa Giacomuzzi (1947-50) en Udine, entrada y patio-jardín de la Bienal (1952) Venecia, Secciones históricas del Museo Correr (1953) Piazza San Marco Venecia, entre otras.
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En un segundo periodo, la arquitectura de Scarpa se caracterizó por una reflexión crítica que marca su personalidad arquitectónica. Es el momento del diseño de espacios museísticos, de montaje para exposiciones, de arquitecturas compuestas donde el edificio se funde con las obras que alberga. Entre las obras de este segundo periodo, Restauración Palazzo Abatellis (1953-54) en Palermo, Pabellón de Venezuela en la Bienal (1954-56) en Venecia, Ampliación de la Gipsoteca Canoviana (1955-57) en Possagno Treviso, Restauración del Museo de Castelvecchio (1956-64) en Verona, Tienda Olivetti (1957-58) en Piazza San Marco en Venecia, Restauración Fundación Querini Stampalia (1961-63) en Venecia, Portal de entrada al Istituto Universitario di Architettura (1966 – 1972) en Venecia, entre otros.
En el último periodo de su producción artística, Carlo Scarpa siente la responsabilidad de su contribución personal a la cultura arquitectónica.
Sus proyectos se vuelven más maduros y esenciales, adquiriendo una capacidad compositiva de materiales, formas y luz nunca antes vista y difícil de imitar. La “manera Scarpa” aplicada a sus obras, pensadas para perdurar en el tiempo, la matriz clásica del sistema compositivo de Scarpa, que resiste las tentaciones de las vanguardias, se hace más evidente en los proyectos de los últimos años. Entre las obras de este último periodo se destacan, la Tumba Monumental Brion (1969-78) en San Vito d’Altivole en Treviso, El Masieri Memorial (1970-83) en Venecia, la Banca Popolare de Verona (1973-81) entre muchos otros.
Tumba Monumental Brion en San Vito di Altivole (Treviso)
San Vito di Altivole es el destino de un flujo ininterrumpido de visitantes italianos y extranjeros que visitan la monumental tumba de la familia Brion, diseñada por Carlo Scarpa, uno de los más grandes arquitectos italianos del siglo XX.
“forma expresada que se convierte en poesía”. Así resumió Carlo Scarpa su proyecto de la Tumba Monumental Brion (1970-1975). La arquitectura entra en relación con el espacio y dialoga con él, un dialogo constante con el paisaje circundante, el agua como elemento vital que da vida a los edificios, el control de la luz en los diferentes momentos del día, los recorridos que marcan los elementos arquitectónicos unidos entre sí por precisas referencias simbólicas, que van desde la espiritualidad del mundo oriental a la racionalidad del mundo occidental.
Para mí, que he visitado la obra de Scarpa en todas las estaciones del año, incluyendo totalmente nevada en invierno, era siempre una experiencia nueva, uno accede al monumento de Scarpa atravesando un cementerio normal, al fondo un muro en concreto que impide ver lo que sucede dentro te invita a entrar a través de dos anillos cruzados, uno rojo (femenino) y otro azul (masculino). Estos círculos representan la muerte en clave conyugal, luego de entrar el espacio se dilata y te encuentras en un espacio extremadamente espiritual y te siente caminar entre espejos de agua con plantas de loto y una serie de elementos en hormigón visto trabajados escultóricamente. Al recorrer este espacio dilatado entre espejos de agua y vegetación se experimenta una sensación de armonía con el creado, impresionante la tumba que contiene las arcas de los dos difuntos, un arco que representa el amor conyugal protege los dos sarcófagos, estos, sin embargo no se tocan, para aludir la voluntad del hombre de mantener cerca, incluso en la muerte, lo que ha sido separado por la naturaleza (el arco representa el sepulcro de Cristo, representado por el arcosolio, sistema de enterramiento paleocristiano visible en las catacumbas romanas), en el lado interior del arco, incrustaciones de mosaicos colorados. Continuando el recorrido se accede a la capilla totalmente circundada de espejos de agua, aquí la atención de Scarpa se basa en buscar un equilibrio frágil e inmaterial en la relación entre la luz y el agua. El itinerario en la Tumba continúa hacia el jardín de cipreses que conduce al exterior.
Al visitar la obra uno se explica por qué este monumento funerario en el cementerio de San Vito reúne desde hace décadas a miles de visitantes desde todas partes del mundo. Todos contagiados por la misma sensación de paz que emana el jardín metafísico de Scarpa. Carlo Scarpa también está enterrado por su voluntad en el cementerio de San Vito, su tumba se encuentra entre la Tumba Brion y el antiguo cementerio.
Reconocimientos
Premio Nacional Olivetti de arquitectura y Medalla de Oro al Mérito de la Cultura y el Arte, Premio IN-ARCH (1962), Medalla de Oro de la Cultura y el Arte del Ministerio de Educación (1962), Premio por la Arquitectura de la Presidencia de la República Italiana (1967), miembro del Royal British Institute of Desing (1970), Academia Olimpica de Vicenza, Academia Nacional de San Luca en Roma (1976).
Exposiciones personales: MoMA de New York (1966), Heinz Gallery de Londres, Institute de l’Envionnement de Paris, Barcelona (1978)