Ciudadanía de buenos tratos

Ciudadanía de buenos tratos

La violencia social es un signo presente en hogares, transporte, en las calles y en cualquier espacio de socialización.
Nos encontramos en el quinto lugar de países violentos y el tercero en violencia de género de Latinoamérica. La crianza, aún sigue basada en la pela, los castigos, los maltratos como forma de controlar la conducta.

Es totalmente diferente cuando la crianza se establece en conducta positiva, en reglas, afectividad, disciplina,fiscalización, amor, decir no a tiempo, y reconocer y premiar las conductas positivas.

El ciudadano que transita en el vehículo con una pistola, un machete, cuchillo, bate, no es para negociar un conflicto; más bien, es para resolverlo de forma violenta. La cultura de la intolerancia, la proliferación de la insensibilidad social, junto a la apatía, la irritabilidad y la alta tendencia al conflicto, son las que nos lleva a quitarle la vida a un vecino por un parqueo, o tirarle el carro a alguien, pararle el vehículo en la puerta u obstruir el tránsito de forma riesgosa, amenazar y activar el sistema de creencia de la conflictividad para no“dejarse coger de pendejo”.


La cultura de la intolerancia, el ofender, desafiar y prepararse para el conflicto en cualquier espacio, son actitudes de cientos de dominicanos, producto de su falta de habilidad y destrezas para mediar, ceder, posponer y solucionar de forma sana una adversidad.

Las personas intolerantes, “mecha corta”, con trastorno del control de los impulsos, desafiantes y sin capacidad para valorar el riesgo, son los de mayor violencia y agresiones contra otras personas, ya sean, parejas, familias, vecinos o compañeros de trabajos.La expresión socio-cultural del comportamiento social, es de tendencia haciael conflicto, de agresión, amenaza, acoso, sicariato, linchamiento, etc.

Esos comportamientos hablan de una sociedad enferma, disfuncional, de cultura de riesgo y altamente riesgosa.La ciudadanía de buenos tratos, se basa en tolerancia, convivencia pacífica, sistema de creencia de no dañar a los demás;es decir, “no me dañe, no te daño”.

La convivencia en armonía, segura, estable, de sensibilidad social, de solidaridad y altruismo, se trabaja y se ponen en prácticas con políticas públicas en crear una cultura de ciudadanía para el bienestar, la paz y la felicidad, de forma sostenida.

Los indicadores que funcionan en la calidad y calidez de la vida son: servicios básicos, ambiente agradable y seguro, disminuir delincuencia, control de consumo de alcohol y drogas ilegales, transito seguro, equidad social, gasto de calidad y bien distribuido, salud mental comunitaria, control de la corrupción y sistema de consecuencia, como normativa de que somos una sociedad hacedora y propulsora de lo correcto.

La estrategia es multidisciplinaria e interinstitucional y horizontal, donde la integralidad es de todos los sectores. Hay que trabajar, presentar e influenciar de forma positiva una imagen y espíritu de cultura de buenos tratos. La reforma policial debe encontrarse con la nueva cultura ciudadana.

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Además, con un trabajo interinstitucional de modificación de conducta desde la escuela, universidades, transportes masivos, en plaza comerciales, iglesias, partidos políticos.

Es la construcción de una ciudadanía de convivencia de buenos y cálidos tratos, del auto-merecimiento, la reciprocidad, la valoración y el respeto por los demás. Todos debemos invertir un nuevo perfil del dominicano y de una sociedad de nuevos comportamientos sociales

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