Aunque la región este de la República Dominicana es una de las más pujantes económicamente por contar con un motor turístico robusto, tiene también dos de las provincias que hasta hace varios años figuraban dentro de la lista de las más pobres de la nación, según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
Pero si a esto se le suman promesas incumplidas de políticos, el conocimiento constante de los informes del Banco Central sobre el crecimiento económico y los estragos provocados por un evento atmosférico como el que recientemente impactó dicha zona del país, es un detonante contra la seguridad de la salud mental del dominicano.
Así lo explicó el psicólogo Eladio Hernández, el cual aseguró que, «evidentemente», los que ahora fueron desplazados, los que están en albergues y que perdieron sus casas por Fiona, tienen «una vinculación psicológica extrema, con relación al poder adquisitivo que esas personas tuvieron y que no lograron por años salir de la pobreza. Entonces, todo eso conjugado va produciendo una alteración de la seguridad mental de esas personas».
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En ese sentido, el experto explicó a este diario que no se puede precisar cuándo una persona con el impacto psicológico de ver sus ajuares en un río o perderse sumergidos puedan recuperarse, sobre todo aquellos que entienden que están condenados a la probreza extrema.
Pero además, Hernández entiende que lo que pudiera producir un evento catastrófico de la naturaleza como el huracán que azotó la región este dominicana, tiene que ver con múltiples factores, como sociológicos, culturales y hasta políticos.
A todo esto, el experto considera que en personas que viven en Hato Mayor, El Seibo e Higüey, tres de las demarcaciones más afectadas por Fiona, y que se quedaron sin sus ajuares y otros perdieron sus casas, pudieran presentar estrés extremo.
«Si tú no tienes una personalidad de afrontamiento, que es como se le llama, probablemente esos efectos tú nunca los vas a olvidar. Siempre estarán presentes, se fija ese pensamiento», indicó Hernández.
Del mismo modo lo considera Nadia Ventura, una psicóloga experta en crisis, la cual entiende que, más que una simple situación de pérdida material, en un individuo pudiera generar un duelo, que pudiera repercutir hasta en la manera de relacionarse y el sueño.
«La casa es estabilidad, seguridad y un espacio de intimidad para el ser humano. El encontrarse en esta situación de crisis puede generar estrés, ansiedad, profunda tristeza, preocupación por el futuro y dificultades en diferentes áreas básicas de su vida (relaciones, alimentación y sueño)», explicó Ventura.
Pero esa pérdida, para algunos, va más allá de lo físico, entiende la exprta. «No solo hablamos de una casa, sino un espacio físico que guardaba recuerdos, vivencias, objetos importantes en la historia de estas personas».
Hasta este martes, unas 395 personas fueron desplazadas y 1,551 permanecen albergadas, debido al paso por República Dominicana del huracán Fiona, según informó el director de operaciones de la Defensa Civil, Delfín Rodríguez.
Delfín Rodríguez indicó que en la actualidad cuentan con 49 albergues activos a nivel nacional, y que la mayor cantidad de albergados están en La Altagracia (548), María Trinidad Sánchez (330), Hago Mayor (165) y Monte Plata (156).
Mientras que en la provincia Espaillat fueron desplazadas 225 personas, en Duarte 65 y El Seibo 50.
Residentes en Los Obispos de Higüey lo perdieron todo por huracán Fiona
En tanto que el director del Centro de Operaciones de Emergencias, Juan Manuel Méndez García, dijo que 2,614 viviendas resultaron afectadas, de las cuales, 457 sufrieron daños parciales y 4 quedaron totalmente destruidas.