Las heridas del corazón son imperceptibles a la vista, pero pueden ser más dolorosas que una herida física profunda; las mismas son efectos de diferentes causas. Sin embargo, lo más importante es aprender a superarlas.
A lo largo de la vida, vamos acumulando dolor por experiencias negativas; está en cada uno de nosotros la decisión de cargar esta “mochila” para toda la vida o superarla y continuar con una actitud positiva.
Las heridas del alma se pueden curar; algunas dejan cicatrices, pero estas deben ser usadas como señal de fortaleza y crecimiento.
Es importante reconocer el dolor que nos causaron las heridas para medir el nivel de satisfacción que podemos alcanzar una vez la hemos superado. Sanar las heridas del alma y superar sus cicatrices, es una decisión personal que cambia por completo nuestra vida.
Las heridas del alma, aunque no siempre estén latentes duelen más cuando estamos inestables a nivel emocional. En momentos de vulnerabilidad, los efectos negativos de las heridas pueden ser mayores.
Hay heridas fáciles de curar y superar, pero otras requieren de mayor complejidad para recuperarnos. Cuando postergamos el proceso para sanar las heridas que nos han causado situaciones del pasado, andamos en el presente sufriendo o actuando movido por los daños, afectando con esto nuestro presente y futuro.
Debemos quitarnos las “mochilas” de dolor, soltarlas de una vez y por todas, pues cargar todo el tiempo con ellas nos destruiría la vida.
Las heridas abiertas necesitan ser cicatrizadas, pero esto toma tiempo y esfuerzo. Es necesario realizar un proceso de perdón, no me refiero a perdonar como sinónimo de olvidar, sino de recordar sin dolor.
Cuando entendemos que las heridas del alma por dolorosas que fueren pueden tener su punto positivo, atreves de las enseñanzas que nos dejan, entonces esos episodios desagradables se convierten en experiencias de vida. Las cuales nos podrán servir para evitar que nos vuelvan a lacerar y para ayudar a quiénes estén viviendo un proceso similar o parecido.
Aunque a veces no es fácil escapar del dolor que nos deja las heridas del alma, continuar sangrando no es la mejor opción.
Tips para sanar las heridas del corazón:
• Reconocer que fuiste herido y aprender de esta acción.
• Empezar a cuidar de ti, aceptándote tal cual eres, con virtudes y defectos, asumiendo la responsabilidad de amarte.
• Asumir la tristeza que produce la herida para poder salir de ella y analizar la causa de la misma.
• Aprende a esperar, el dolor irá aliviándose poco a poco y paulatinamente te sentirías mejor.
• En un principio sino te sientes bien para estar con muchas personas date permiso de estar unos días a solas, para en la intimidad fortalecerte. Evitando así el tener que guardar las apariencias delante de los demás.
• Enfrenta el dolor para poder superarlo, huir solo lo posterga, creciendo como un cáncer que carcome el alma. Debemos reconocer que la tristeza y el dolor son sentimientos que forman parte de la vida.
• Practica un deporte, haz ejercicios, práctica un hobby, estas son herramientas útiles para superar el dolor.
• No te reproche por los errores, con esto no ganas nada, simplemente trata de no volver a cometerlos, pero no te recrimines.
• Date tiempo, invirtiéndolo en crecimiento personal y veras que muy pronto te sentirás libre.
Vive de manera positiva, sonríele a la vida, pues a pesar de las adversidades vivir es maravilloso. Recuerda que un corazón roto te brinda la oportunidad de construir uno más fuerte. . La autora es psicóloga y educadora, directora y fundadora de MLC SCHOOL Twiter: @MLC_Schoolrd @SVirginiaP Instagram: @pardillavirginia.