Asegurar el futuro social y económico del país amerita, en vísperas de elecciones, que se escuche a la más amplia representación posible de la nación además de a los partidos políticos en cuyas intenciones y planes de ejercer el poder deben estar muy presentes las preocupaciones, visiones y agendas de liderazgos fundamentales de esta colectividad que primordialmente aspira a ser bien gobernada mañana y siempre.
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Al efecto, el CONEP (Consejo Nacional de la Empresa Privada) formuló un llamado a la generalidad de los entes con aspiraciones de Estado a dirigir la República hacia una «Economía de Bienestar» con herramientas que, entre otros objetivos, promuevan el empleo, la inversión y la eficiencia del gasto publico. Aspira el sector privado a que desde la Cosa Pública se auspicie un enfoque integral de gestión efectiva y garantizó asumir la generación de 500 mil empleos en los próximos cuatro años. La declaración empresarial conjunta se adhiere al concepto de que el progreso debe ser resultado de esfuerzos mancomunados a partir de lo que considera una realidad: “El país ha tenido un extraordinario desarrollo económico sostenido en los últimos 50 años. Todo esto en un ambiente de estabilidad y confianza».
Un mensaje optimista -alejado de algunos desastrosos diagnósticos de campaña lanzados para degradar adversarios- y reconocedor de que están creadas las bases para orientar el crecimiento hacia mayores niveles de desarrollo y de bienestar para la población.