Comuna 13 de Medellín: el rostro del cambio  

Comuna 13 de Medellín: el rostro del cambio  

J. LUIS ROJAS

La percepción es la imagen mental que se forma con ayuda de experiencias e informaciones, provenientes de un país, una marca, un personaje, una organización, etcétera. En ocasiones, la percepción, debido a determinadas y variadas circunstancias, suele no coincidir con la realidad a la que ésta alude. Es decir, como resultado de las informaciones y estímulos que se reciben, procesan y discriminan, con respecto a un evento, hecho o acontecimiento, se construyen percepciones, las que no siempre guardan relación con la realidad.

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Las informaciones, estímulos y experiencias que inciden en la construcción de determinadas percepciones, suelen compartirse y transmitirse por diferentes medios. En este orden, se ha dicho que la percepción es el mecanismo individual y cognitivo que realizan los seres humanos, consistente en recibir, interpretar y comprender las señales que provienen desde el exterior, codificándolas a partir de la actividad sensitiva.    

Un segmento importante de la población mundial tiene una percepción borrosa y parcial de lo que es hoy la República de Colombia. Cadenas internacionales de comunicación, plataformas digitales y de streaming (Disney Plus, Amazon Prime Video, HBO Max, Netflix, Facebook, YouTube, WhatsApp, Instagram, WeChat, TikTok) han puesto mayor interés en visibilizar lo peor acerca de lo que acontece en dicho país: güerilla, narcotráfico, violencia, delincuencia, etc.  

Sin duda, el flujo sistemático de mensajes masivos, con respecto a Colombia, ha incidido de manera negativa en las percepciones de las personas que no han tenido la oportunidad de visitar a este país del extremo norte de Sudamérica. Parecería que existen dos Colombia: la de la percepción y la de la realidad. La narrativa que construyen y difunden los medios de comunicación masiva, ayuda a que las audiencias se formen la percepción que, a ellos, por diferentes circunstancias e intereses, les conviene crear y mantener.

La verdad es que cuando se conoce y disfruta por dentro a Colombia, la percepción que han fabricado de ella las cadenas noticiosas internacionales y las grandes plataformas virtuales cambia positivamente. La Colombia real de hoy es: turismo centrado en la amabilidad y educación de su gente, en la belleza de sus recursos naturales, en su variedad gastronómica, en la historia de sus monumentos. Es, además, un país en el que sus ciudadanos no ensucian los lugares públicos y hacen lo imposible para que los visitantes extranjeros se sientan bien y seguros.

A juzgar por los hechos y resultados, parecería que el liderazgo político, empresarial, profesional, militar y social de Colombia, ha decidido trabajar de manera mancomunada, con el propósito deliberado de hacer de ese país un lugar seguro, productivo y competitivo. Un ejemplo fehaciente de ello es la cantidad de turistas que visita las principales ciudades colombianas. El rostro más visible del cambio y la transformación que rodean a la Colombia actual se llama: Comuna 13 de Medellín.

Luis Pérez Gutiérrez, alcalde de la ciudad de Medellín en el período 2000-2023, relata: “La Comuna 13 fue uno de esos conflictos que la dirigencia antioqueña intentó tapar durante muchos años. Se dice que las FARC, el ELN, los CAP y las AUC, estaban allí desde hace ya varios años y el problema era ignorado, nadie era capaz de meterle la mano. Por eso se volvió como un cáncer social para Medellín y todo el Valle del Aburrá, y un paraíso para todos los que querían hacer actividades delincuenciales. Allí, las preparaban para toda la ciudad en medio de total impunidad. Prácticamente la gente en esa zona estaba sin libertad”. (Yoni Alexander Rendon, 2017).

Como se sabe, el 16 de octubre de 2002, el presidente Álvaro Uribe ordenó la toma de la Comuna 13. Para concretar esta decisión gubernamental, se llevó a cabo la Operación Orión, con la que se buscaba el ingreso de las fuerzas del Estado a la zona (Comuna 13), con la finalidad de derrotar a los grupos guerrilleros. Esta operación militar urbana más grande de Latinoamérica, la cual tardó tres días en terminar, dejando como huella imborrable un balance de miles de colombianos muertos. Lo que hoy es la Comuna 13, se constituye en un referente obligado para los diseñadores de políticas públicas, así como los tomadores de decisiones en los ámbitos privados y gubernamentales.

Según dice Yoni Alexander Rendon, en su libro Comuna 13: El Drama del Conflicto Armado: en la Comuna 13, las víctimas eran presa fácil para los secuestradores, ya que era allí donde tenían dominio pleno y donde podían tener refuerzos de sus cómplices en caso de que se acercara la policía. La Comuna 13 de Medellín, es un testimonio revelador de la mayor confrontación armada, la cual tuvo como contendientes a todas las agrupaciones militares legales e ilegales y cuya principal victima fue la población civil. (Yoni Alexander Rendon, 2017).

Hoy, la Comuna 13 de Medellín es el rostro de la persistencia, de los resultados que se pueden obtener cuando el liderazgo de un país se une para derrotar lo ilícito, es, también, la imagen del cambio y la transformación que rodean a Colombia. En pocas palabras, es como ha dicho J. Balbín: “El arte y la cultura como medio de transformación social en la Comuna 13 de Medellín, es un referente construido por muchos jóvenes que han logrado superar diversas problemáticas que los agobiaba, se han convertido en líderes sociales y han ayudado a otros a superar las adversidades…”

La Comuna 13 de Medellín es una experiencia sociopolítica amarga y extremadamente negativa, la que jamás deberían permitir los líderes políticos, empresariales, profesionales y sociales, que se repita en ningún otro país de América Latina. “Para que la ciudad tenga progreso no puede permitir que fuerzas ilegales, cualquiera que sea su nombre, reemplacen la función del Estado. La seguridad es un bien que debe ser garantizado a todos los habitantes, empezando por los más humildes, quienes han sido, precisamente los más golpeados por la violencia y la inseguridad”. (Alonso Salazar Jaramillo, 2017).

Los que deseen conocer por dentro a la Colombia que lucha por ser cada día mejor, solo tienen que visitar aquellos lugares y espacios paradisiacos, ubicados en sus principales ciudades: Bogotá, Cartagena, Barranquilla, Medellín, entre otras. Al visitar a Medellín, podrá observarse y palparse en lo que se ha transformado lo que ayer fue uno de los lugares más violentos de Latinoamérica y hoy es el rostro del trabajo, el arte y la cultura como medios de transformación social: la Comuna 13.