El Gobierno es el que tiene la competencia para aumentar el salario base, y como es democrático, lo hace a través de negociación colectiva con empresarios y trabajadores.
Como consecuencia de tres subidas en los gobiernos de Luis Abinader y el PRM, las estadísticas reportan que el trabajo ganó en el reparto del PIB, y que sucederá igual con el cuarto aumento de la semana pasada.
La evidencia empírica internacional confirma que reduce la desigualdad en la distribución de la riqueza que produce la economía, cuando los trabajadores peor remunerados reciben salarios mayores, pasan a gastar una mayor proporción de su ingreso en el consumo de bienes y servicios, con lo que impulsan la demanda interna, el PIB real y el empleo.
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Acumulado, el salario base ha aumentado 39% (15,7% en 2021; 4.3% en 2022; 15% en 2023 y 4% en 2024) entre 2021 y 2024, y 20% en dos etapas el pasado miércoles, 12% el primero de abril 2025 y 8% el primero de febrero de 2026, subiendo el acumulado a 59%.
Un fuerte incremento en poco tiempo que no tiene precedente histórico, lo mismo sucede con el aumento real, acumulado 31,75%, descontando la inflación acumulada de 27,25% desde 2021 hasta final de 2025, lo que se tradujo en ganancia anual de 5.45 puntos de poder de compra para los trabajadores con menores sueldos, con lo que ganó participación en el reparto de la torta del PIB como lo demuestro a continuación.
Para ello hay que introducir en el análisis la productividad aparente por ocupado, calculada dividiendo el PIB por el número de trabajadores acumulado se redujo 0.68%, anual 0,17%, período 2020 – 2024. Explica la reducción el crecimiento acelerado del PIB real, acumulado, creció 18,5% entre 2020 y 2024, anual 3,7%, nivel al que no se acercó ningún país de la región según el FMI, Banco Mundial y la Cepal.
Restando la productividad aparente por ocupado (-0.68%) al aumento (59%) del salario base, se tiene el costo laboral por unidad producida, acumulado aumento 59.68%, anual 11,9%, superior a la variación interanual del deflactor del PIB, acumulado creció 32.2%, anual 6.5%, lo cual implica que la remuneración del trabajo ganó peso en el reparto del PIB a costa del excedente empresarial y/o el Gobierno con menos impuestos a la producción neto de subsidios.
Termino esta nota puntualizando que el alza del salario básico lo absorbe el mercado laboral; las estadísticas muestran su vigor, en 2024 se crearon 92,988 nuevos empleos, los desocupados redujeron en 5,089, y si no fueron mucho más, se debió a la población activa, aumento en 92,899 personas.
Se ha recuperado y creado 804,235 empleos, un récord histórico, desde el 16 de agosto 2020 hasta diciembre 2024, también es récord histórico por carecer de precedente el volumen de ocupados, la cantidad de 5,050,930 personas, reduciéndose en 1.5 puntos la tasa de desocupados, hasta 4.9%. Por la política de aumento del salario base, alto crecimiento del PIB y recuperación y creación de empleos, la tasa de pobreza general redujo en casi diez puntos porcentuales, de 30.7% en 2021 a 20.8% en 2024.
El aumento salario base no tiene vocación de trasladarse a los precios de bienes y servicios porque, como sucedió con los tres aumentos anteriores, el Banco Central mantiene un estricto control de la inflación, para este año pronostica que la general y subyacente cerrarán alrededor de su rango meta de 4%.