Quisqueya Henríquez, artista conceptual, trabaja desde siempre con una complicidad estrecha entre los significados conceptuales de la forma visual y del pensamiento filosófico acercando la mirada y el cerebro en un diálogo permanente existencial. Su reciente exposición “Maleza”, en el Cultural de España, confirma una vez más esta tendencia. El mismo título de la exhibición nos acercó a la artista, pues es una palabra cargada de significados múltiples para comprender el enfoque de dicha exposición.
“Maleza” es la palabra que probablemente mejor define el proceso de creación en el cual me he adentrado en los últimos tiempos. Varias especies que crecen donde no hay un aparente control, pero donde es posible ir descubriendo lentamente un orden propio. Es así como veo mi práctica artística, transdisciplinaria y en exploración constante y simultánea de los diferentes temas que me han interesado en el transcurso de mi trayecto como creadora. La palabra, que parece contener otras dos palabras, me recuerda a una generada por el poeta peruano Cesar Vallejo. Maleza asemeja un híbrido entre mal y belleza”, argumenta y expresa esta excelente artista.
Hemos visto en el Centro Cultura de España que el conjunto de la obra en la nave central presenta trabajos con un discurso entre lo meditado, pensado, lo estudiado e investigado, así como lo inesperado y accidentado al lograr el resultado. Sin embargo, logró una armonía entre el azar y el razonamiento, en un atrevimiento lúdico que habla de este diálogo visual, repetimos, entre la “razón y el azar” en términos de composición. La artista explica que…“Los diferentes cuerpos de trabajo que he desarrollado para esta exposición abarcan ideas concebidas anteriormente por separado. En esta ocasión los he trabajado en paralelo provocando que algunos se entremezclen tomando direcciones inesperadas y resultados más coherentes de lo que pude imaginar. El test de Rorschach, los patrones, las obras de apropiación, la serie Formal/Informal, los libros y los peloteros, (que aparecen en la muestra), es decir, los beisbolistas, conforman una red de ejes temáticos que en algunas obras coinciden cuando previamente las consideraba incompatibles”.
“Contrario a la connotación de caos de la palabra “Maleza”, este proyecto de proyectos no es solo una exhibición, sino una nueva forma de estructurar un sistema de creación que funciona como plataforma lógica de la característica heterogénea de mi obra”, comunica Quisqueya Henríquez.
Observamos también en toda la trayectoria de la exhibición perfectamente e inteligentemente montada, que la geometría es cálculo espacial, y la ilusión visual son permanentes al conjunto; sin embargo, la mirada se multiplica y se enriquece de obra en obra con muchos guiños que evolucionan en instantes de esas miradas, sobre todo, frente a la serie “Miedo a La Mirada”. Al conversar sobre los conceptos y las relaciones entre discurso y mirada, Quisqueya Henríquez aclara: “En estas obras combino los patrones geométricos con las descargas de pintura manipulada utilizando el procedimiento del famoso test de Rorschach. Los patrones geométricos son creados a partir de las obras de los pintores del movimiento pictórico de la costa Oeste de Estados Unidos llamado HardEdge Painters. En el diseño de los patrones geométricos hay un proceso racional y premeditado que funciona como un soporte que es aparentemente opuesto al proceso posterior en el cual no tengo control del resultado. Un Rorschaches irrepetible, los patrones pueden ser impresos infinitamente. El primero es único, lo segundo es múltiple”.
Esta vez la artista conceptual trabaja con el color y las formas, pero también la materia, pues sus grandes formatos en la nave central están ejecutados sobre madera. El color es la manera en que logró la armonía que se percibe más allá de esa aparente oposición de formas. Es el elemento que conduce a esa percepción. Creo que usar la madera como soporte físico es otro elemento que influye en esa lectura; este material absorbe de manera similar, tanto la tinta usada en la impresión del patrón, como la pintura que usó para elaborar los Rorschachs. Todo lo que nos explica, nos acerca a entender que estos trabajos recientes de la más minimalista de los artistas dominicanos, pero también, compleja artista contemporánea. Sublimiza el miedo con el arte y nos dice que…“El Rorschach es un azar, el azar es un riesgo, el riesgo es una forma de vencer el miedo a la representación. Herman Rorschach clasificaba sus pacientes según la capacidad de los mismos de reconocer figuras en una mancha abstracta. Es en este sentido que me resulta interesante utilizar el procedimiento del test. Es el público quien completa la lectura, y por la propia naturaleza del test, lo que ve una persona, es muy probable que no lo pueda ver otra. En el acto de decirme lo que ves, de cierta forma estás siendo analizada”. Agregando que hace unos años fuimos admiradora analítica de todo su trabajo sobre las geometrías, que correspondían a la vez a un significado psico-emocional por su relación con su casa, el tema de la casa de mis padres en la Ciudad Colonial, cuyos pisos eran de losetas de arabescas mozárabes como todavía hoy permanecen en muchas residencias de este zona. Esta referencia de contenido antropológico la compartimos con estas palabras: “Lo que me apasiona de los patrones geométricos es que son atemporales, universales y se pueden encontrar tanto en culturas de la civilización mudéjar, como bien mencionas tú, Delia, en las preguntas que anticiparon el artículo que hoy escribes, o en las civilizaciones amerindias, en la cultura psicodélica de los años 60 y 70 y en muchos otros lugares y culturas”. Cuando la industria textil comenzó a reproducir patrones geométricos para incorporarlo al diseño de moda, artistas como Bridget Riley sintieron una gran frustración porque aspectos formales de su obra dejaron de ser únicos, una crisis típica de la transición entre la modernidad y la posmodernidad. El orden de las formas que se repiten infinitamente es una necesidad de la mirada, yo lo veo como calma para la psiquis, es por eso que pienso que los patrones son atemporales en la cultura de la creación.
Destacamos que las masas céntricas de cada obra tenemos un accidente orgánico de pintura acrílica con una anatomía interna, una geografía morfológica que corresponde al cerebro como primera impresión visual. Creo que cada espectador ve algo diferente. A eso se refería la artista anteriormente en relación al propio principio del test. Es cierto que hay algo cerebral en las obras ubicadas en la crujía principal, sobre todo en las obras hechas sobre madera. Si nos fijamos en los tapices que cuelgan en la pared del fondo, esas tienen formas más parecidas a insectos y mariposas. Es una feliz coincidencia que el resultado tenga alusiones formales al cerebro, después de todo el contenedor de la mente.
No podía concluir este encuentro sin referir que todos los dibujos de “peloteros” son una joya para coleccionistas, por su excepcional trabajo del movimiento…La Pelota tiene una dimensión que trasciende el deporte, produce movilidad social, es un elemento identitario, es un fenómeno que localmente refleja la posibilidad de un cambio en la vida de quien logra entrar en las Grandes Ligas, e internacionalmente es un fenómeno que funciona como localizador en el mapa. El mapa es “La Pelota” o el Baseball, como deporte, la región nuestra una fábrica. “La serie comenzó en el 2006 y en 2008 no quise seguir, pensé que ya era suficiente. El año pasado recomencé porque sentí que no había concluido, que solo fue una pausa de varios años”…